La residencia de profesionales del Área de Salud de Eivissa y Formentera está casi al completo. Ahora hay cuatro habitaciones ocupadas y de las cinco que quedan, cuatro están reservadas para próximas incorporaciones.
A día de hoy hay cuatro personas en la residencia, uno de ellos un vecino de Formentera con un familiar ingresado en la UCI y otras tres están ocupadas por profesionales: un anestesista, una ginecóloga y una enfermera. Desde que se puso en marcha el 19 mayo de 2017 y hasta el momento ha servido de alojamiento a 65 personas, la mayoría de ellos trabajadores del Área de Salud, concretamente a 55, que supone el 84,61%, y diez han sido familiares de pacientes ingresados provenientes de Formentera.
El perfil de los profesionales que han utilizado el servicio de residencia es muy variado y demuestra una enorme transversalidad en su utilización. De los 55 trabajadores, el 49% han sido médicos, exactamente 27 facultativos, 16 de Atención Primaria y 11 de Atención Hospitalaria; el 40% de enfermería, 22 profesionales diplomadas de Enfermería, dos de ellas matronas, cuatro técnicos auxiliares de Enfermería, un técnico de rayos, 1 técnico de anatomía patológica, tres técnicos de laboratorio y una fisioterapeuta, y el 11% otras categorías profesionales, desde odontólogos, un técnico del 061 a un administrativo.
La estancia media continua siendo de dos meses. Algunos profesionales y familiares han utilizado la residencia sólo algunos días y otros profesionales han permanecido la duración del contrato, por ejemplo, para cubrir una baja de varios meses.
Hasta la fecha la residencia ha tenido una alta ocupación, tanto en invierno como en verano, con periodos en los que ha estado completamente ocupada. En agosto se amplió la residencia con una habitación más. Actualmente hay 9 habitaciones. Tras la reforma del Edificio J se ampliarán hasta las 12 habitaciones y se empezará a cobrar por el uso. Desde su puesta en marcha no se ha cobrado a los profesionales pero una vez realizada la reforma, la concesionaria empezará a cobrar por el uso de las instalaciones aunque no se ha determinando cuándo ni la cantidad.
La puesta en marcha de este recurso ha permitido cubrir contratos de corta duración, como vacaciones y bajas, sin que la vivienda sea un inconveniente.