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Entrevista

Javier Cebreiros: «Para ser comunicador hay que trabajar por ser mejor persona»

Cebreiros interviene en el I Congreso Educativo Sa Real que se celebra este fin de semana con la ponencia «Una forma diferente de entender la comunicación» en el que animará a los asistentes a obtener mejores resultados personales y profesionales

Javier Cebreiros Fernández ofrecerá una conferencia el viernes.

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Con el foco puesto en las emociones, Cebreiros disertará en la segunda conferencia del congreso educativo acerca de la comunicación de las personas basada en la autenticidad como elemento diferenciador. Doctor en comunicación y graduado en Dirección de Empresas por la Universidad de Vigo, es bloguero del Huffington Post y autor de Olvida tu lenguaje corporal; en 2018, fue seleccionado por las Naciones Unidas como uno de los 25 emprendedores para el cambio social. Colaborador en medios de comunicación, su pasión por las personas le ha llevado a crear proyectos sociales, colaborar con agrupaciones de mayores o entrenar equipos de fútbol juvenil.

—¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir en su charla ‘Una forma diferente de entender la comunicación'?
—Que para ser mejor comunicador, hay que trabajar por ser mejor persona. En el ámbito comunicativo se ha hecho mucho hincapié en la importancia del lenguaje corporal o de algunas técnicas concretas sin embargo, la mejora real me parece que se alcanza desarrollando más nuestras emociones, nuestra seguridad o nuestra persona, que el movimiento de nuestras manos .

—¿Qué aporta un comunicador a un congreso sobre educación?
—Como buen apasionado de mi área, creo que la comunicación es la herramienta más potente que tenemos para cambiar nuestro mundo. Una sola conversación puede cambiar una vida, de ahí la necesidad de que sepamos usarla con responsabilidad y cariño.

—¿Cómo se puede motivar a un profesor?
—La motivación no te la pueden dar fuera, se tiene que encontrar dentro. De ahí que haya tantas diferencias entre aquellas personas que aman su profesión y las que no. Pediría dos deseos diferentes para motivar al profesorado: seleccionar educadores con vocación, y un sistema que después no les quite la motivación.

—¿Y a un alumno adolescente desmotivado y sin ganas de estudiar?
—Yo soy adulto y sin duda me desmotivaría estudiar algo que no me gusta, tener deberes todos los días o dedicar horas a algo que no considero importante. La adolescencia me parece una etapa durísima y, precisamente por eso, considero a los educadores verdaderos artistas; consiguen que muchos igualmente disfruten, que lean, que aprendan, que trabajen.

—¿Cómo afecta que los adolescentes estén cada vez más enganchados a las redes sociales en la educación? ¿Es contraproducente?
—Las redes y la tecnología son una realidad. Como tantas otras, tenemos que aceptarla y, a partir de ahí, usarlas como herramientas útiles para conseguir los objetivos que buscamos. Las redes no son contraproducentes, un uso negativo de ellas sí.

—Padres y profesores hablan lenguajes diferentes cuando se refieren a los hijos/alumnos. ¿Cómo se puede llegar a un entendimiento común?
—Diría que padres malos y profesores malos, hablan lenguajes diferentes. Hay profesoras brillantes y padres espectaculares que trabajan en completa sintonía; pero, ¿Sabe qué veo en la mayoría de los casos? Que son buenas personas; de ahí mi primera afirmación. Entonces, ¿cómo hacemos para que el resto mejoren? Con la educación.

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