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Zurab Pololikashvili: «El ‘brexit' no va a afectar al movimiento de turistas entre Reino Unido y España»

Zurab Pololikashvili pasó unos días de descanso con su familia en Ibiza. | Daniel Espinosa

| Ibiza |

El secretario general de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, pasó la semana pasada unos días de relax con su familia en el hotel Bless de Ibiza. Fue su tercera visita a la isla y la primera que hace en familia. Analizamos con él la situación de Ibiza en el contexto de cambios del mercado turístico internacional.

—¿Qué imagen turística tiene Ibiza a nivel internacional? ¿Seguimos siendo una isla solo de fiesta?
—Desde fuera de la isla se ve como un destino musical por el tema de discotecas. Esa es la primera imagen que tiene la gente. Pero cuando llegas a la isla y la conoces más cambia absolutamente la imagen. Es un destino que ofrece al turista diferentes alternativas como playa o la zona en la que estamos (se aloja en Bless Hotel de Cala Nova) que está más aislada y ofrece un perfil más de relax y familiar. Con familia es un destino interesante para venir y descansar. También es un destino en el que se puede disfrutar del ecoturismo o del turismo rural. No es un destino solo de discotecas, se pueden aprovechar y disfrutar diferentes cosas.

—¿Cree que las infraestructuras y los servicios que da la isla justifican el precio?
—Creo que uno de los mayores motivos por los que han subido los precios es la limitación. No se permiten nuevas construcciones, no hay nuevos desarrollos urbanísticos. La isla es muy exclusiva y un destino muy diferente por su naturaleza, tenemos una combinación de mar y montaña que no es fácil de encontrar. Por eso hablo de ecoturismo. Es un destino saludable y como no hay nuevos desarrollos ni nuevos hoteles y la demanda es alta, sube el precio. Pero el futuro de Ibiza está en prolongar un poco la temporada. Ese tiene que ser el objetivo, recibir turismo más meses. No es fácil pero creo que es posible.

—¿Desde fuera se ve el trabajo por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente que se hace en Ibiza y Balears?
—Desde la OMT trabajamos bastante con el Ministerio y la Secretaría de Turismo. Tenemos varias actividades el próximo año para desarrollar y promocionar la imagen de las Islas Baleares como un destino de desarrollo sostenible. Tenemos bastante cercanía con los operadores y hoteleros que mayor representación tienen de las islas. Juntos podemos cambiar la imagen y la estructura de desarrollo de las islas.

—Entre estas medidas para la sostenibilidad en Balears se puso en marcha hace ya un par de años el impuesto de turismo sostenible, ¿qué le parece esta medida?
—Es una decisión que ha tomado el gobierno local. Nosotros queremos aprovechar la innovación y ayudar un poco a través de la OMT a cambiar la imagen para que la temporada en las islas sea más prolongada. Aquí se pueden hacer muchas actividades y creo que no es una isla solo de julio y agosto. Se pueden hacer muchas cosas, tiene un conexión muy buena con Madrid, tiene vuelos directos desde muchas ciudades europeas y bastante posibilidad de desarrollar actividad turística en un plazo más prolongado.

—¿Qué otras medidas podrían ponerse en marcha en Ibiza para mejorar la sostenibilidad?
—Que no haya un gran desarrollo urbanístico y hotelero es algo que favorece la conservación de la isla. El desarrollo sostenible consiste un poco en eso, en mantener y mejorar la calidad. En el hotel en el que estamos antes había 350 habitaciones y ahora son 150. Lo que ha pasado es que los gestores han apostado por la calidad. Por supuesto ha subido el precio, pero apuesta por la calidad y el desarrollo sostenible y ese es el ejemplo: transformar un hotel masificado en un hotel más reducido pero con más calidad y con unas infraestructuras más sostenibles.

—¿Éxito y masificación siempre van de la mano?
—A eso hay que añadir una tercera palabra que es gestión. Si no hay una buena gestión, la masificación siempre va a ser negativa. Si hay buena gestión podemos arreglar un poco esos problemas. Ibiza es un destino exitoso. La masificación provocada por ese éxito siempre se puede gestionar. Para hablar de gestión organizamos una cumbre de alcaldes en abril en Lisboa. Fue la primera vez que nos sentamos con los alcaldes, que son gente que está gestionando diariamente. La masificación provoca problemas de gestión de basuras, movilidad, transporte… la población doméstica tiene problemas con los turistas por todas estas cosas. Tuvimos una discusión muy dinámica con ellos y a finales de este mes publicaremos las primeras recomendaciones a base de ideas que tienen los alcaldes. Son gente que gestiona a diario y afronta todos estos problemas cada día. Nadie sabe mejor que ellos como aprovechar los recursos para paliar los problemas de masificación. Estas recomendaciones plantean utilizar la innovación y las plataformas digitales, hacer crecer nuevos destinos turísticos alrededor de puntos donde está llegando flujo de turistas.

—Quizá con el tiempo se pueda alcanzar cierta desestacionalización, pero la saturación actual en muchos destinos ha generado un movimiento contrario al turismo. ¿Se puede encontrar salida a este conflicto?
—De este problema tenemos muchos ejemplos en Europa: lo mismo en Italia que en Croacia o en Amsterdam. La población está molesta por la masificación turística de la que hablábamos. Es un proceso que está relacionado con la iniciativa privada y es difícil encontrar el equilibrio. Ahí si que toca a los gobiernos locales intervenir para analizar la problemática y buscar la solución. Siempre nuestra recomendación es buscar una mejor gestión, analizar la situación. Al flujo de turistas siempre se le puede dar alguna salida y resolver los problemas.

—Los problemas que hay en Balears con la vivienda han dado lugar a que se prohíba el alquiler turístico en pisos, pero a pesar de todo siguen proliferando. ¿Cree que la prohibición es la mejor solución?
—Este es un modelo de negocio [el alquiler turístico]que ha crecido mucho en los últimos 10 años en todo el mundo. Es un modelo que funciona pero cada destino puede tomar decisiones, dar su opinión sobre los pisos turísticos y actuar de acuerdo a esa opinión. Desde luego los pisos turísticos afectan al sector hotelero y a la población que vive todo el año en un edificio y se encuentra con molestias. Los gobiernos son los que tienen que buscar alguna salida y alguna solución a este tema.

—¿Cómo cree que afectará un ‘brexit' duro al turismo en Europa?
—Desde nuestro punto de vista no cambiará mucho la dinámica de flujos turísticos. A otras industrias sí que les puede afectar más, pero la gente va a seguir viajando. Yo espero que no necesitemos visados en este caso entre Europa y Reino Unido. Si no hay visados no se complicarán los flujos de viajeros y los turistas seguirán moviéndose. A lo que sí va a afectar tal vez es a las inversiones, que van a ser más complejas por las barreras y los procedimientos jurídicos. Pero a nivel de turistas y conectividad no creo que afecte. Nuestra recomendación es siempre mantener esta dirección y que no existan visados. Desde luego es un tema que preocupa en España dado que el mercado de Reino Unido es muy importante, pero creo que va a seguir siéndolo y que el ‘brexit' no va a afectar al movimiento de turistas.

—El resurgir de destinos como Túnez, Egipto o Turquía, ¿cómo afecta a otros destinos europeos del Mediterráneo?
—Nosotros estamos muy contentos de que la situación en Túnez o Egipto esté volviendo al estado anterior a 2010, cuando ellos tenían mejores resultados en número de turistas. Después de las revoluciones y los ataques terroristas el mercado estuvo en crisis cuatro o cinco años. Ahora se están recuperando. Lo que han hecho en ambos mercados ha sido bajar precios como estrategia para atraer, captar y mantener un ritmo de turistas y mantener la rentabilidad de hoteles. Durante aquella época se vio una subida grande de otros mercados como es el español, que obtuvo muy buenos números. Pero viendo los resultados de los dos últimos años, en que los mercados de Egipto y Túnez han subido y los resultados de visitantes en España también han sido buenos, no creo que haya afectado tanto. Los primero años pensamos que la subida en España era en buena parte resultado de esta crisis. Sin embargo ahora suben los tres países. Yo creo que van a coger una parte de los visitantes del mercado Mediterráneo europeo, pero este mercado sigue creciendo. Los resultados son muy positivos y no creo que afecte tanto en los próximos años.

—¿La marca Ibiza puede proteger al destino un poco más de posibles cambios de equilibrios?
—Podemos considerar Ibiza como una marca de alto nivel, de lujo y turismo de calidad. Yo decía antes una isla de ‘ecoturismo' y turismo rural. El año que viene nosotros queremos anunciar a nivel mundial este tipo de turismo y podemos aprovechar la marca Ibiza para que no sea solo un destino de turismo joven, sino también de salud, donde se puede practicar deporte. Turismo y deporte es otra dirección que nosotros queremos promocionar. La gastronomía es otro punto fuerte de Ibiza, en el que está creciendo con diferentes referencias a nivel mundial que tenéis aquí en la isla. Una isla diversificada con varios productos turísticos.

—¿Qué impresión se lleva de Ibiza?
—Es una isla cómoda, diversa, que tiene bastantes productos para familias, jóvenes, parejas. Lo que tiene bueno Ibiza es que es un destino en el que apetece repetir. Vas a tener ganas de venir otra vez, estar aquí y disfrutar de unas vacaciones tranquilas o no tan tranquilas.

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