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El Consell d'Eivissa declarará BIC Inmaterial la tradición de ir a buscar las cabras de es Vedrà

La institución insular inició el pasado 23 de enero el expediente para conseguir que esta práctica sea BIC Inmaterial

El documental ‘Vedraners’, que se puede busca en Youtube, muestra esta práctica ancestral de ir a buscar las cabras. | Documental 'Vedraners'

| Ibiza |

El Consell d'Eivissa ha remitido a la Conselleria de Medi Ambient del Govern una carta en la que explica que el pasado 23 de enero la máxima institución insular inició el expediente para la «posible incoación como Bien de Interés Cultural Inmaterial, con la protección que ello puede determinar, para la tradición ancestral de captura de cabras salvajes de es Vedrà, siguiendo con los procedimientos heredados de generación en generación desde tiempos inmemoriales». Así, el Consell d'Eivissa informa al Ejecutivo autonómico sobre su postura para el futuro de las cabras supervivientes a la matanza que perpetró el Govern en el año 2016 y que ocasionó un gran rechazo social en las Pitiusas. El Consell d'Eivissa confía en que «se pueda llegar a un entendimiento entre vedraners, el Consell y la Conselleria de Medi Ambient para proteger este bien inmaterial, teniendo en cuenta la protección que merecen estos espacios naturales y su biodiversidad».

Las fechas

Cabe destacar que la Conselleria de Medi Ambient del Govern había dado de plazo al Consell para contestar qué hacer con las cabras vivas de este islote hasta mañana día 15 de febrero, «atendiendo al inicio de la época de floración de las diferentes especies existentes del islote». El Ejecutivo autonómico recordaba en este escrito al Consell que la dirección general de Espacios Naturales y Biodiversidad es quien da el visto bueno a cualquier tipo de actuación.

A mediados del pasado mes de enero, el conjunto de propietarios del islote (conocidos popularmente como vedraners), junto con la Associació de Vesins Sa Raval y la Associació de Propietaris de Finques Rústiques de Sant Josep, presentaron un extenso informe a la máxima institución insular en el que se les solicita la declaración de Bien Interés Cultural Inmaterial de esta actividad tradicional, «consistente en ir a buscar las cabras que se encuentran en estado salvaje en es Vedrà». Esta petición, según se extrae de la documentación que obra en poder de Periódico de Ibiza y Formentera, tiene su fundamentación jurídica en la Ley 18/2019 del 8 de abril de «salvaguarda del patrimonio cultural de Balears, atendiendo a los valores de uso y expresión cultural popular, con sus conocimientos y técnicas que le son inherentes, junto con los espacios, la toponimia y otros elementos materiales que forman parte, así como los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza», al tiempo que destacan que forma parte de los «usos y costumbres de Ibiza». Estos aspectos también están recogidos en la Ley 10/2015 del 26 de mayo para salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial inspiradas ambas en la Convención para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco.

EL INFORME

32 páginas en ibicenco que concluyen con un «VISCA EIVISSa!»

El informe elaborado por los ‘vedraners' y las asociaciones Sa Raval y de propietarios de fincas rústicas de Sant Josep está escrito en perfecto ibicenco y concluye con: «Tot i això en tribut a s'història, sa cultura i ses tradicions de sa nostra illa, i as eivissencs que ens van precedir. Visca Eivissa!».

Mientras se tramita esta petición, según exponen en la justificación de motivos, los vedraners y las dos asociaciones mencionadas piden que se tomen «las medidas cautelares necesarias para proteger la tradición mientras se llevan a cabo los expedientes y trámites administrativos necesarios. En particular, se pide que quede bloqueado de forma instantánea cualquier nuevo intento del Govern de eliminar las cabras que quedan». En el documento, además, afirman que se harán cargo del mantenimiento y cuidado veterinario de las cabras que se mantengan en es Vedrà.

En la exposición de motivos del informe, los vedraners, la asociación Sa Raval y los propietarios de fincas rústicas de Sant Josep explican que los dueños del islote han ido desarrollando «desde tiempos inmemoriales una actividad tradicional consistente en anar a buscar ses cabres que se encuentran en estado salvaje en el islote de es Vedrà. Se trata de una costumbre ancestral que visibiliza los valores casi místicos de es Vedrà como elemento identitario de Ibiza». Una costumbre que no solo importa a los vedraners, como ellos mismos explican, sino que «trasciende a este grupo, haciendo que josepins e ibicencos en general lo reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural e, incluso, los formenterers».

Arraigo

El informe defiende, además, que al arraigo en la sociedad pitiusa, se suma que esta práctica tradicional supone «un magnífico ejemplo de intervención tradicional sostenible en el medio natural». El documento, que recuerda que los islotes de es Vedrà y es Vedranell son privados, detalla que José Cerdà Gimeno, notario jubilado y máximo experto en derecho civil en las Pitiusas, afirma en Costumbres Jurídicas en las Pithiusas que «existía una práctica ancestral en diversos lugares de las Pitiusas consistente en que diversos titulares de fincas rústicas o islotes grandes ponían en común sus ganados para el aprovechamiento conjunto de los productos obtenidos en proporción a las respectivas porciones o partes indivisas conforme a la titularidad efectiva (...) de tales variedades consuetudinarias una de las más antiguas y con constancia documental expresa, es la derivada del aprovechamiento en común antes precitado mediante la repoblación de cabras en el islote es Vedrà, que al parecer es un uso o práctica ancestral, desde tiempo inmemorial».

Historia

Las primeras referencias históricas sobre la práctica de ir a buscar las cabras del islote y sacarlas con vida se encuentran de la mano de Francesc Torres Peters, quien relataba en un artículo en Diario de Ibiza que la presencia de cabras en el islote se remonta a 1252. «Nos encontramos ante la referencia más antigua en una tradición ibicenca, más de 750 años o de las más antiguas no religiosas, de las que se puede tener constancia escrita», expone el informe. Las referencias al aprovechamiento de las cabras de es Vedrà continúan hasta 1434, «de hecho, parece ser que nunca se ha interrumpido», dice el informe. En el documento también se hace referencia a los retiros espirituales que hacía el Pare Palau, donde encontró la «inspiración necesaria para escribir sus ideas y dibujar la belleza del paisaje». En la actualidad, sigue habiendo «suficientes individuos de un rebaño de cabras que aseguran su continuidad» y que son los ejemplares supervivientes a la matanza que ejecutó el Govern en febrero de 2016.

Descripción de la tradición

Joan Marí Tur Botja relata en su libro de memorias que las cabras «no se cazan, ‘se van a buscar', según me recalca uno de los propietarios del islote. La búsqueda es todo un rito. Próxima la Navidad o la Pascua, dos llaüts a vela o a remo salían de Cala d'Hort». Durante la travesía, relata Botja en sus memorias, el que iba a coger las cabras «desgranaba el rosario, como muestro en la película Nacer y morir en Ibiza. Y entre el murmullo de la plegaria y el rumor de las velas, aquellos corajudos varones desembarcaban y empezaban los primeros gritos y silbidos. Se intentaba reunir a las amedrentadas cabras en diferentes sitios pero, especialmente en s'Encorralador (...)». El regreso a Cala d'Hort se producía cuando «el día empezaba a declinar». Así, el informe pone de manifiesto que los documentales Nacer y morir en Ibiza y Es Vedraners, ambos disponibles en Youtube, muestran cómo es la práctica ancestral de retirar las cabras del islote.

Documental 'Es Vedraners'

Documental 'Nacer y morir en Ibiza'.

Los autores del informe explican que la forma de captura «es un magnífico ejemplo de gestión tradicional y sostenible del medio natural», al tiempo que destacan que se hace «de forma incruenta, sin sufrimiento para los animales». En la actividad, según señalan, no sólo participaban los propietarios del islote sino también «todos los amigos y familiares, principalmente vecinos de vendes cercanas de Sant Josep». A esto se añade que la práctica «no incluye en sí misma la muerte de ningún animal».

También relatan que en otros puntos del país existen prácticas parecidas, como la rapa das bestas de Galicia, una fiesta cultural que consiste en rapar a los caballos salvajes y desparasitarlos. En Andalucía ponen de ejemplo que se está llevando a cabo una iniciativa para declarar la montería como BIC, siguiendo los pasos de la halconería, «que ya está declarada Patrimonio Mundial por la Unesco».

Las conclusiones

Los autores del informe exponen que «es adecuado y ambientalmente tolerable» la presencia de «unos cuantos individuos de cabra autóctona ibicenca en el islote de es Vedrà, teniendo en cuenta la demostrada coexistencia durante siglos de estos animales junto con la flora endémica». La gestión del grupo superviviente de cabras se hará «anualmente mediante esta operación de ‘ir a buscarlas', además de los controles sanitarios que sean preceptivos». A ello se suma la petición de que se autoricen a los vedraners a «realizar anualmente esta actividad tradicional, dentro de un marco prestablecido donde queden reflejadas las condiciones para hacerlo que respeten dicha tradición, comunicando previamente a la administración que pertoque la fecha en que se hará». También señalan que buscarán la «colaboración de las asociaciones vecinales y de propietarios de fincas rústicas del municipio para ayudar a los vedraners a desarrollar anualmente la tradición». «Todo esto en tributo a la historia, la cultura y la tradición de nuestra isla y a los ibicencos que nos precedieron. Visca Eivissa!, concluye el informe.

EL APUNTE

La tradición ha dado lugar a toponimia propia

El informe recuerda que la tradición de ir a buscar las cabras ha dado lugar a nombres propios en la zona, como sa cova de s'aigua, una pequeña cueva al sur de es Vedrà a cierta distancia de la cueva del Pare Palau y donde las cabras van a beber; sa punta de s'encorralador, el lugar donde se conseguía reunir a los animales; y es porxos, un gran conjunto de piedras que servía de refugio para quienes participaban en la actividad y la cueva del Pare Palau. Recuerdan, además, que existe «abundante toponimia» ligada al nombre Vedrà.

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