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Un comerciante de Ibiza acusa a Rafa Ruiz de insultarle en plena calle y el alcalde lo desmiente

Joan Tur, vecino y empresario de la ciudad de Ibiza.

| Eivissa |

«Fue absolutamente surrealista; no he pegado ojo en toda la noche. Esto un alcalde no puede hacerlo», explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera Joan Tur, un comerciante de Ibiza que tuvo un encontronazo este pasado lunes por la tarde con el alcalde Rafa Ruiz en plena calle. «Yo simplemente iba por la calle de las farmacias y de repente Ruiz salió de la farmacia Villangómez, le dije ‘bones tardes' y se giró y me empezó a decir ‘cobarde, a ver si dejas de insultarme en redes sociales'. Yo le dije que no le había insultado en redes sociales. Se ve que sus ‘chivatillos' de Facebook le van contando cosas y se lo cuentan mal. Le dije que lo único que había puesto de él es que no se le veía. Y me dijo que si quería que tomábamos un café y le dije que no. Después de casi diez minutos le dije que no quería hablar más con él, que me iba a dar mi vuelta a Dalt Vila y me fui. Él fue a por su moto y en el rastrillo, donde me encontré con una amiga con la que estaba hablando, se paró y me empezó a decir cosas desde la moto. Le dije que daba vergüenza ajena y me dijo algo así como ‘atente a las consecuencias' si volvía a hablar de él», precisó Tur, quien colgó ayer un video en redes sociales explicando todo lo vivido en plena calle con el alcalde de Ibiza y afirmó que tenía testigos de lo que había sucedido en el Mercat Vell, a los pies de Dalt Vila.

La testigo
En este sentido, una vecina que vive detrás del Croissant Show y que estaba esperando a su marido en la plaza del Mercat Vell (en el Rastrillo, en concreto) para ir a dar un paseo a Dalt Vila vio cómo Joan Tur venía de la calle de las farmacias hacia esa zona. «Como nos conocemos desde hace muchos años y somos amigos le pregunté que qué tal todo así en general y me empezó a contar lo que le acababa de pasar en la calle de las farmacias. Estábamos hablando cuando, de repente, llegó una moto y se paró donde estábamos, se quitó el casco y era el alcalde, que insistía en lo que acababan de hablar. Hubo un momento que sí que le dijo que tuviera cuidado con lo que iba diciendo en redes sociales, eso lo escuché. Yo me quedé alucinada, como en shock; no te esperas algo así. Fue una conversación acalorada y salió gente al balcón y todo a mirar. Después ya me fui», relata esta vecina.
Por su parte, el alcalde de Ibiza publicó ayer un post en su Facebook precisando esta versión del encuentro con el comerciante. «En ningún momento he insultado ni salió de mi boca la afirmación ‘cobarde, que eres un cobarde'. Después del saludo cordial dije textualmente: ‘ey Joan, a ver si eres tan simpático en las redes como en la calle' en un tono cordial y lo hice refiriéndome a una publicación suya en la que dice textualmente sobre el Gobierno de España ‘subnormal', ‘cazurro', ‘papanatas', ‘habéis matado a miles de personas', ‘hijos de la gran puta'. Le expresé mi malestar afirmando que estoy dispuesto a recibir críticas y a hablarlas, pero no insultos de este tipo». Rafa Ruiz prosigue afirmando que no le siguió con la moto: «En ningún momento hice el mismo trayecto que él para volver a coincidir o perseguirlo, como él afirma. Hice el trayecto más corto para salir de la calle con la moto de donde me encontraba. En ese momento, él junto con otras personas se volvió a dirigir a mí. En ese momento, le emplacé a tomar un café para hablar de las diferentes discrepancias políticas que podamos tener y manifesté que sentía si le había ofendido en alguna cosa dicha anteriormente. Esta mañana [por ayer por la mañana] me he vuelto a poner en contacto con esta persona para reiterar que si en algún momento se sintió ofendido me disculpaba. No hemos quedado para tomar un café, pero sí tomar algo más informal cuando sea posible», concluyó Ruiz.

Sobre esta explicación del alcalde, Joan Tur precisó: «Por una conversación normal no se piden disculpas». Sobre que el alcalde dice que no le persiguió con la moto, este comerciante apuntó: «Él tenía la moto delante de las murallas. Podía haber salido por donde el Pereyra o bien por donde Can Verdera, por la plaza de la fuente a la izquierda. No tenía que haberme seguido hasta el rastrillo; vino a montármela otra vez», concluyó Tur.

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