Nueve plazas sin cubrir, dos de ellas desde hace más de un año, y tres funcionarios que abandonarán la isla en cuestión de semanas en función del calendario del concurso de traslado del Ministerio de Justicia. Es parte del complejo escenario y horizonte que presentan los juzgados de Ibiza, plaza en la que 135 de los 180 trabajadores son interinos.
El hecho de que tan solo 45 funcionarios sean titulares de la plaza está detrás de que en Ibiza no se haya producido un gran ‘éxodo o fuga' de trabajadores como en Mallorca, pero trabajadores y el sindicato CSIF denuncian la inestabilidad y el déficit de la plantilla, así como el hecho de que las bolsas de interinos están agotadas e impiden que se cubran las bajas.
Para subsanar esta deficiencia, desde el CSIF vienen reclamando a Justicia que se reconozcan las circunstancias especiales de Ibiza y Formentera y que se permita echar mano del SOIB, según apunta el responsable de Justicia, Sabino Aramburu. «Las bolsas de interinos están agotadas desde hace tiempo y no hay posibilidad de cubrir las vacantes que se van produciendo y se va acumulando un déficit de personal que repercute en el funcionamiento diario», señaló Aramburu a Periódico de Ibiza y Formentera.
Los juzgados de Instrucción, Penal y Primera Instancia son los órganos donde se concentran el grueso de interinos mientras que en Fiscalía (los ocho funcionarios son titulares) y el juzgado de lo Social (siete titulares y un interino) son mayoría los funcionarios titulares. La situación es similar en los juzgados de Paz, con diez funcionarios titulares y tres interinos.
Falta de «pluses decentes»
El portavoz del CSIF concretó que desde febrero del año pasado no se cubren las plazas de tramitadores y ello conlleva que el personal debe ir asumiendo más carga de trabajo en un Juzgado que históricamente ya acumula una sobrecarga.
Sabino Aramburu insistió en la necesidad de que el Ministerio de Justicia tenga en cuenta la peculiaridad de Ibiza ya que los criterios de las bolsas son rígidos para todo el territorio de Justicia y no tiene en cuenta la carestía de vida que hay en la isla. «Sin un plus de insularidad decente aquí no viene nadie y la gente renuncia, tanto los que ya están como los que llaman», subrayó Aramburu.