Periódico de Ibiza y Formentera ha comprobado, a través de ortofotos, fotografías aéreas y de satélite de Google Maps cómo se ha incumplido sistemáticamente la legalidad urbanística en la concesión de Marina Ibiza desde el año 2007. Y no solo, ya que también se ha incumplido la concesión administrativa.
Tal como hemos venido publicando desde el pasado lunes, el puerto de Ibiza carece de plan especial lo que impide conceder licencias de obra en la zona portuaria de la Unidad de Actuación (UA) 25.
Sin licencia de obra, no puede haber licencia de actividad, ya que se tratan de edificaciones fuera de ordenación salvo excepciones.
A pesar de ambas limitaciones, este periódico ha identificado seis construcciones que se han levantado desde el año 2006 sin que pudieran tener licencia.
En esas edificaciones operan sin licencia de actividad, en consecuencia, una decena de negocios.
Además, la construcción de nuevos edificios o el traslado de volúmenes de una parte quedó vetado en la concesión.
A pesar de ello, los documentos gráficos no dejan lugar a dudas.
Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Ibiza han consentido que se haya construido sin control en una zona que poco tiene que ver con la que había en 2007.
Ni el Ayuntamiento de Ibiza ni Autoridad Portuaria ni Marina Ibiza ni algunos negocios consultados han querido responder a Periódico de Ibiza y Formentera. Los negocios consultados nos remitieron ayer a Marina Ibiza para que ofrezca explicaciones.
Silencio
La empresa, participada por el Grupo de Empresas Alonso Marí, declinó hace unas semanas y el martes pasado responder a las preguntas de este periódico.
Roto, Calma y Gran Café Capuccino son tres establecimientos de hostelería y ocio que operan sin los correspondientes permisos.
Entre 2009 y 2014 se construyeron en el puerto deportivo Marina Ibiza una serie de edificaciones, tres en total, en las que en la actualidad hay establecidas una serie de boutiques de lujo como las de Dior, Bulgari, Hublot, Tag Heuer y Dolce & Gabbana. Estas construcciones, y por consiguiente estos negocios, también estarían al margen de la ley.
El último negocio de Marina Ibiza que ha detectado este periódico y que no puede contar con licencia de actividad por encontrarse en una edificación levantada sin licencia de obra es el Supermercado Oh. En este caso, según se desprende de las imágenes aéreas, su construcción se produjo entre los años 2019 y 2020.
Roto es también de los últimos edificios que se han incorporado al paisaje portuario. Fue inaugurado a principios del verano de 2019.
Los trabajos para levantar este restaurante comenzaron en 2018 y, en el poco tiempo que lleva en funcionamiento, ya se ha convertido en uno de los establecimientos de restauración más emblemáticos de la ciudad de Ibiza y de la isla. Allí se grabó un programa de la quinta edición de Masterchef Celebrity.
El programa logró una audiencia de 21,2% de share y alcanzó los 2,6 millones de espectadores. Entre los invitados a la degustación asistieron el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, el empresario Abel Matutes Prats, el relaciones públicas Carlos Martorell o la diseñadora Charo Ruiz. También asistió Marcos Marí, de Marina Ibiza.
El programa sirvió a su vez para dar a conocer los productos más característicos de la isla, como la gamba roja o la patata ibicenca.
El Capuccino Grand Café, situado junto al edificio de Capitanía y que, según se desprende de las fotografías aéreas, la edificación en la que se alberga se desarrolló plenamente entre los años 2011 y 2014.
Otro de los negocios que opera al margen de la legalidad vigente, al menos en parte, es el restaurante Calma. El edificio principal en el que se ubica ya estaba construido antes del año 1999, aunque de dimensiones inferiores al actual.
Entre los años 2010 y 2014 el establecimiento fue incrementando en volumen, hasta alcanzar las dimensiones que tiene en la actualidad.
Tibieza ‘popular'
El Partido Popular volvió a mostrarse ayer tibio a la hora de valorar las irregularidades detectadas en el puerto de Ibiza.
Según aseguraron, esta cuestión se deriva en dos vertientes. Por una parte, explicaron, la política, «ya que no es de recibo que llevemos 30 años sin los planes, y esto es responsabilidad de la Autoridad Portuaria de Baleares y del Ministerio de Fomento», administraciones en las que ha tenido responsabilidad el PP desde el año 99.
Por otra parte, está el plano jurídico. En este sentido, indicaron que «es discutible esta necesidad de licencia en todas las obras, y hay que ir a cada caso para determinar su uso desde el punto de vista jurídico, cosa que nos excede».
En este marco, destacaron los populares, «suponemos que los particulares han actuado como consecuencia de autorizaciones o concesiones de Autoridad Portuaria y sobre la base de confiar en lo que la administración estatal les decía».