La prometedora terapia israelí que buscaba curar la covid-19 en tan sólo unos días y sin necesidad de acudir al hospital ha completado la fase II de sus ensayos con gran éxito: el 93% de los pacientes que sufrían un cuadro grave de la enfermedad han conseguido recibir el alta en menos de cinco días.
Según publicó ayer Libertad Digital, el fármaco, denominado EXO-CD24, se ha probado en Atenas, porque Israel no tenía suficientes pacientes relevantes, pero viene a confirmar los resultados de la fase I, que ya el invierno pasado logró cumplir sus objetivos en 29 de 30 pacientes con covid grave o moderado.
En esta ocasión, han sido un total de 90 los voluntarios que han recibido el antídoto desarrollado por el equipo del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv, mientras que la tercera fase involucrará a un total de 155. A diferencia de las anteriores -que únicamente buscan determinar la dosis que se ha de administrar de forma segura primero y su grado de eficacia después- la última fase incluirá un grupo placebo para comparar si el nuevo fármaco es mejor que el tratamiento convencional.
«El objetivo principal de este estudio fue verificar que el medicamento sea seguro», explica a The Jerusalem Post el profesor Nadir Arber, que asegura que «hasta el día de hoy» no se ha registrado «ningún efecto secundario significativo en ningún paciente».
El empeoramiento clínico de las personas con coronavirus se debe a una sobreactivación del sistema inmunológico, lo que se conoce como «tormenta de citocinas». En el caso de los pacientes con covid, el sistema comienza a atacar las células sanas de los pulmones. «Este es exactamente el problema al que se dirigen nuestros medicamentos», asegura Arber.
Su equipo médico ha desarrollado el fármaco basándose en una molécula que el profesor ha estado estudiando durante 25 años y que está presente de forma natural en el cuerpo. Se trata de la llamada CD24, una pequeña proteína que está anclada a la membrana de las células y que, entre otras cosas, es precisamente la encargada de regular el mecanismo responsable de esa tormenta de citocinas.
Según Arber, el EXO-CD24 no afecta al sistema inmunológico en su conjunto, sino que solo ataca a este mecanismo específico, ayudando a recuperar su correcto equilibrio.