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Talamanca dice «basta» al destrozo de ses Feixes y recurre a la Fiscalía

Una imagen del estado actual de ses Feixes del Prat de ses Monges. | Daniel Espinosa

| Eivissa |

Desde finales de los años 90, la recuperación de ses Feixes del Prat de ses Monges, ubicadas en la zona de Talamanca, ha sido un compromiso de los políticos ibicencos. Sobre todo de los partidos de la izquierda, agrupados entonces en el llamado Pacte Progressista. Una coalición que en 1999 ganó las elecciones insulares y municipales con Pilar Costa y Xico Tarrés al frente, ella en el Consell y él en el Ayuntamiento de Ibiza, y con la recuperación de este humedal como una de sus promesas estrella.

Han pasado más de 22 años y ses Feixes del Prat de ses Monges se han ido deteriorando mientras las instituciones han ido presentando planes de recuperación que nunca han llegado a aplicarse. Las principales víctimas de esta situación son quienes residen en la zona, que ven cómo el entorno se ha ido degradando progresivamente y convirtiéndose en escenario de las peores pesadillas de cualquier ciudadano: peleas, drogas, okupas, basura, aguas estancadas, mosquitos...

Hartos de la situación, la Asociación de Vecinos de Talamanca ha tomado la decisión de llevar a la Fiscalía a los propietarios de las nueve infraviviendas detectadas en la zona.
Tienen previsto reunirse pasado mañana con representantes del Consell d'Eivissa y de los ayuntamientos con competencias en el humedal, Santa Eulària y Vila. A este encuentro han sido también invitados los representantes del Grup d'Estudis de la Natura (GEN) y de Prou, entre otras asociaciones.

Quieren que les respalden en este último intento de poner en marcha lo que piensan que sería la primera solución, es decir, echar de allí a los okupas, a los que acusan, sobre todo, del estado de suciedad en el que se encuentran muchas de las parcelas.

Consideran que los propietarios de estas viviendas a punto de derrumbarse tienen en su mano la posibilidad de acabar con un foco de «problemas graves». Pero también tienen claro que los ayuntamientos han de cumplir sus obligaciones con respecto a un espacio que forma parte del entorno del Patrimonio de la Humanidad y sobre el cual han escuchado ya demasiadas promesas durante más de 20 años.

Marc Marí es uno de los ibicencos residentes en este lugar que, por sus características, fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) hace dos décadas. Pasear con él a lo largo del camino de kilómetro y medio que atraviesa ses Feixes es acercarse a un entorno en el que cuesta observar algo que realmente merezca la pena conservar.

Graves amenazas
Marí conoce las infraviviendas y ha tenido enfrentamientos con algunos de los okupas por afearles su conducta. «Me han amenazado alguna vez con cortarme el cuello», relata sin darle importancia, «pero son ellos los que están actuando mal. Y, sobre todo, los propietarios de esas casas. Son casas que están a punto de caerse y el día que haya una desgracia vendrán los lloros».

Este vecino de la zona tiene claro que los ayuntamientos están dejando a un lado sus obligaciones. Sobre todo en lo relativo a los okupas, pues están viviendo en edificaciones en ruina que los consistorios, ante la falta de respuesta de los propietarios, «podrían tirar abajo antes de que suceda un problema más grave».

El camino es una sucesión de baches que, a causa de las últimas lluvias, tiene tramos completamente enfangados. Los vecinos están «hartos» del barro, de los saltos con los coches y de la suciedad en general.

«Esto es grava mezclada con tierra», explica indignado Marí. «Cada año traen los camiones y lo rellenan, pero no sirve para nada», agrega. Cuenta que él mismo ha pedido presupuesto a una empresa «que trabaja habitualmente en el parque de Doñana» para conocer cuánto costaría adecentar este tramo.

80.000 euros el arreglo
El precio, considerando las cantidades con las que acostumbra a manejar la Administración, no parece elevado: «Son solo 80.000 euros y el camino estaría siempre en condiciones. No como ahora, que cada año lo tienen que arreglar y, encima, en cuanto llueve, vuelve a estar todo igual. Es más, como van rellenando con grava, el camino se va elevando y, lo que hay a los lados, va quedando por debajo. Es una locura».

El lado izquierdo del camino pertenece al municipio de Santa Eulària, mientras que el derecho es competencia del Ayuntamiento de Ibiza. Ninguno de los dos consistorios puede decir que ha cumplido con sus obligaciones en una zona en la que, según explica este vecino, de las nueve «infraviviendas» detectadas, «cinco están en el lado de Vila y las cuatro restantes están en Santa Eulària».

Marí reconoce que el Consistorio presidido por la popular Carmen Ferrer «ha hecho alguna cosa» como, por ejemplo, drenar parte de los canales, que tienen el agua estancada a un lado y a otro.

Lo primero que se viene a la cabeza es que ese líquido verde y viscoso debe ser el entorno ideal para la cría de mosquitos. Y Marí lo confirma: «En verano es insoportable. Decían que iban a hacer algo y, a veces, vienen los de Biofarma, cogen muestras y echan algo al agua, pero eso no sirve realmente para nada».

El problema, al parecer, estriba en que la red de feixes está bloqueada en algunos puntos, con lo que el agua no discurre por los canales hasta el mar y queda estancada.
A esto se añade que, según el relato de Marc Marí, «no se ha puesto el sistema de alcantarillado que prometieron». Y, por si fuera poco, «las infraviviendas no tienen fosa séptica, así que todo va a parar a los canales».

Farolas «de quinta mano»
El camino de ses Feixes es utilizado por mucha gente. Pero solo durante el día pues tampoco cuenta con un sistema de iluminación adecuado. Y eso que los vecinos lo han solicitado a los dos ayuntamientos en varias ocasiones. Se conforman con «farolas de quinta mano» pero, en palabras de Marc Marí, «que al menos pongan algo porque aquí hay gente muy mayor y chavales que no pueden salir de casa en cuanto empieza a anochecer».

El rosario de quejas es interminable. Y las numerosas preguntas se pueden resumir en una sola: ¿Por qué no han sido suficientes más de 20 años para convertir en realidad las numerosas promesas realizadas por parte de la clase política sobre esta zona y en nombre de la cultura, la tradición y la naturaleza?

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