El pan es un producto que casi todo el mundo consume a diario. Si nos encontramos en Ibiza, entonces el pan pagès es la estrella. En el Mercat Nou hay dos puestos que venden este producto. Uno de ellos es Can Coves, donde Carmen Ventura asegura que el pan está hecho todo «con masa madre». El establecimiento dispone de otros tipos diferentes al de harina convencional, como pueden ser el pan de xeixa, que se prepara los martes y los viernes, el pan de anís o el pan de maíz con chía (semilla de una especie de salvia que, remojada en agua, suelta gran cantidad de mucílago, que, con azúcar y zumo de limón, es un refresco muy usado en México y que, molida, produce un aceite secante), que, según la dependiente, «también está muy rico». Igualmente, el consumidor puede encontrar allí pan de centeno o de quinoa, todos artesanos.
Por la mañana, Catalina Torres se acercó, como cada vez que necesita comprar pan o bollería, a Can Coves. Ayer se llevó una barra de pan pagès. Dijo que le gusta mucho, pero que tampoco quiere abusar, porque tiene altos tanto el colesterol como la tensión y, además, lo que compra es para ella sola. Eso sí, compró ensaimadas.
Por su parte, Lina Torres adquirió una barra de pan de xeixa. A su favor, dijo que está «tostado y natural y aguanta mucho más que los otros». En su opinión, concretamente el de Can Coves «está muy bien», por lo que, al menos, lo compra una vez a la semana. En ocasiones, completa la cesta con una bolsa de magdalenas ibicencas, que, para ella, son muy sabrosas.
Productos de Ibiza
Y es que no sólo de pan vive este establecimiento, que tiene muchos productos típicos de Ibiza, como las crostes, las magdalenas, las orelletes y el flaó, que es, según apuntó la tendera, lo que más se vende. En realidad, las situación es buena porque, argumentó, hay mucha variedad y todos los productos están fabricados por ellos artesanalmente en un horno que se encuentra en el polígono de Montecristo, desde donde los dejan en el Mercat Nou a las siete de la mañana. «Todo recién hecho», aseguró Torres.
Otra compradora, Susi Veracruz, se llevó ayer una caja de flaó, que, según confirmó esta mujer, está «muy bueno» en Can Coves. Otras veces compra pan cien por cien integral -ayer no, porque ya pasó el martes- o harina de xeixa. A Veracruz le encanta este puesto y los productos que ofrece, por lo que se acerca todas las semanas. «Esta señora lo sabe», afirmó refiriéndose a la dueña del puesto. «Es asidua y, si no estuviera bueno, no repetiría», razonó Torres.
Casi todo lo que tienen allí es de Ibiza, como la sobrasada, hecha en Sant Miquel, y las empanadas de carne, las típicas de gató si el cliente prefiere pescado, de verduras o incluso de calamar, sobrasada y setas con su tinta negra, que son las más demandadas según Torres. La coca de verduras (cebolla, berenjena y tomate) y los hojaldres de carne también figuran entre los productos disponibles.
Lo más importante, recalcó Torres, es que intentan tener de todo, tanto dulce como salado, y que todo es de Ibiza y está producido por ellos artesanalmente.
Un hombre, que no quiso desvelar su nombre, también compró pan mientras Periódico de Ibiza y Formentera se encontraba allí, y con la mirada refrendó todo lo explicado por Catalina Torres. «Tenemos que terminar, que la gente tiene prisa», susurró ésta, como pidiendo perdón al periodista.
La cesta de la compra
Flaó
El flaó es un postre típico de Ias Pitiusas que tradicionalmente se elaboraba el Domingo de Pascua. Con origen en la Edad Media, su receta ha sido conservada hasta la actualidad por los pagèses y en él se unen tradición y sabor con aromas a queso de cabra y oveja y menta.
Magdalena ibicenca
La magdalena ibicenca es otro postre característico de la isla. En realidad, poco tiene que ver con la magdalena tradicional, ya que tiene una base de hojaldre y un relleno de mazapán de almendras, un fruto muy usado en dulces como la salsa de Nadal.
Pan de xeixa
La harina conseguida con el trigo de xeixa es una harina de sabor dulce e intenso y con bajo contenido en gluten. Destaca por su alta calidad nutritiva y digestiva y por ser menos alergénico. Por ello, es fácilmente asimilable por el metabolismo humano.