Seguro que en más de una ocasión se ha escuchado que, si hay un lenguaje universal que no entiende de fronteras o culturas, ese es la música. Es una frase que dijo el poeta Henry Wadsworth en 1835 y que se ha mantenido hasta nuestros días. La música es capaz de transportarnos a lugares, evocarnos sentimientos, recuerdos o sensaciones únicamente con una melodía o unos acordes.
Por este motivo, para seguir disfrutando de la música, y que esta llegue a todos los lugares, el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Ibiza y Formentera ha organizado ‘Escuelas al Conservatorio', una jornada donde los más pequeños han tenido un primer contacto con la música y la danza. «Es una actividad que ya se hacía desde hace muchos años para que los más pequeños se empiecen a interesar por estas disciplinas. La última vez que lo hicimos fue en 2018, previamente a las obras en el conservatorio y la pandemia», explica Iván Sanz, director del Conservatorio, al Periódico de Ibiza. El objetivo principal de esta actividad pedagógica, como explica el director, es «dar a conocer la música y la danza entre los niños de las islas», tanto en Ibiza como en Formentera, donde también cuentan con una escuela de música. En total, son más de 350 alumnos de todas las edades los que asisten al Conservatorio de Música y Danza ‘Catalina Bufí', entre elemental y profesional.
Sin embargo, este martes 22 de marzo los protagonistas han sido lo más ‘peques'. La danza ha sido la encargada de abrir esta jornada musical. Emma, profesora de dicha disciplina, ha actuado en solitario con un baile en el que, más tarde, también participaría el público. Ha sido la misma profesora la que, al inicio de su performance, ha afirmado que «la danza es el lenguaje universal de las emociones y los sentimientos».
Más tarde ha sido el turno de algunos de los profesores del conservatorio, que se han unido al unísono en una banda. Y, como era de esperar, las canciones de Disney no han podido faltar en esta mañana mágica de música en Ibiza. La Sirenita, Aladdin, Harry Potter o Frozen han sido algunas de las muchas BSO que han interpretado los músicos y que el público ha respondido con palmas y aplausos. La ilusión y la felicidad deslumbraba en las caras de todos los asistentes, desde la primera a la última fila.
Todo ello intercalado con muchos juegos donde han podido divertirse a la vez que han aprendido sobre los diferentes instrumentos y bailes.