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Bienestar Social

El drama de los usuarios de Cáritas en Ibiza: comer o pagar el alquiler

La entidad alerta de un problema «muy grave» de vivienda en Ibiza ya que reciben usuarios que «tienen que elegir entre pagar el alquiler o pagar la comida; es tremendo»

De izquierda a derecha, Gustavo Gómez, el obispo Vicent Ribas y Joan Marí. | Marcelo Sastre

| Ibiza |

La memoria relativa al año 2021 que Cáritas Ibiza y Formentera presentó este jueves reveló un dato llamativo: un 4% de usuarios que acudieron a la entidad para solicitar ayuda contaba con estudios universitarios o de FP de grado superior.

«Tenían las habilidades sociales adecuadas», manifestaron desde Cáritas, recordando que esta cifra se registró todavía en plena pandemia, con una temporada que comenzó más tarde de lo habitual. La cifra, aunque pequeña, prácticamente se dobló de un año a otro y demuestra que las dificultades pueden afectar a todos por igual.

El coordinador de la ONG, Gustavo Gómez, también aseguró que en 2021 ha habido «poca variación» de datos si se comparan con los del ejercicio anterior, cuando estalló la pandemia. De hecho, el número exacto de usuarios atendidos en Cáritas Ibiza en 2021 fue de 3.081 personas, un 10% menos.

En comparación con 2019, antes de la crisis derivada del Covid, la entidad solidaria asistió a un 38% más de ciudadanos.

«Son números todavía muy altos, aunque es verdad que van bajando poco a poco. Esta diferencia nos sirve para comprobar que, cada vez que hay una crisis y vuelvan a verse brotes verdes y una reactivación de la economía, conocemos por crisis pasadas que hay muchos que han caído y que después no se recuperan o su recuperación es muy lenta. Es un problema porque van aumentando las personas en exclusión y nuestra sociedad no es capaz de volver a darles un sitio», reconoció el coordinador.

En su clara apuesta por el empleo, Cáritas recordó la importancia de potenciar los vínculos con el tejido empresarial pitiuso para dar una salida laboral a los usuarios de la ONG. De hecho, en su programa de orientación y búsqueda activa de trabajo participaron el pasado año 793 usuarios.
Gómez, en este sentido, aseguró que «no es que nosotros estemos haciendo un favor a estas empresas ya que les estamos proporcionando personas formadas para trabajar».

Analizando la situación plasmada en la memoria, el coordinador reconoció también su preocupación por el nivel de formación de los usuarios que habían acudido a Cáritas en busca de ayuda. De hecho, un 80% contaba solo con estudios básicos e incluso fueron atendidas personas sin ninguna formación reglada o sin alfabetizar. «Nos preocupa porque es obvio que les da menos oportunidades de encontrar un futuro esperanzador con el que mantener a la familia o sentirse dignificados», insistió.

Gómez destacó además la «transmisión internacional de la pobreza», constatada en la ONG ibicenca al atender a hijos de aquellas personas que en su día ya reclamaron ayuda.

Alimentos y vivienda

En cuanto al reparto de alimentos, el pasado año todavía se entregó «uno poco más de lo habitual», según los responsables de la entidad. En concreto, fueron repartidos 190.000 kilos de alimentos valorados en cerca de 300.000 euros. «Merece una reflexión que en unas islas como las nuestras, con el potencial que hay, se estén repartiendo casi 200.000 kilos de comida al año. Por mucha pandemia que haya, nos tiene que hacer reflexionar. Son datos tremendos y preocupantes», lamentó.

En relación a este reparto, el coordinador destacó el uso de las llamadas ‘tarjetas-monedero', útiles para «dar dignidad a las personas» puesto que se les evita tener que acudir al banco de alimentos. Por ello, Gómez aprovechó para exigir un «esfuerzo por parte de todos» y que las futuras aportaciones económicas de instituciones como el Govern permitan sufragar estas ayudas.

El pasado año, según la memoria de Cáritas, 2.915 personas se beneficiaron del servicio que se presta en el banco de alimentos. En este sentido, Gómez destacó que, en los tres días actuales de reparto a la semana, hasta 50 personas pueden acudir a Cáritas Ibiza para recoger comida.
En el centro parroquial de Cáritas Santa Eulària pueden atenderse entre 40 y 50 familias al mes, entregándoles alimentos o productos de primera necesidad.

El obispo de Ibiza y Formentera y presidente de Cáritas, Vicent Ribas, lamentó que existen «muchas clases de pobreza que debemos atender» y aprovechó para denunciar el «problema tan grave» existente en las Pitiusas en relación a la vivienda.

«Cuánta gente podría venir a trabajar, porque hay trabajo, y debe irse porque no encuentra casa. Es una clase de pobreza y es un problema muy grave», aseguró.

De hecho, aprovechó para realizar un llamamiento público y pedir que, quien pueda colaborar respecto a la vivienda, se anime a facilitarla. «Que las administraciones faciliten que pueda haber vivienda», señaló.

Desde Cáritas afirmaron también que están recibiendo a muchos usuarios con trabajo, pero que se ven obligados a pedir ayuda al tener que destinar casi todo su sueldo al pago de una casa. «Es tremendo. Tienen que elegir entre pagar el alquiler o pagar la comida», concluyeron.

El apunte
Sonia Ribas

El 57% de los usuarios son extracomunitarios

Sonia Ribas

En 2021 y del total de beneficiarios de Cáritas Ibiza, un 29% eran de origen nacional y un 57% eran extracomunitarios, siendo los colombianos y paraguayos los más numerosos en la actualidad. «Las personas de las islas o de España tienen más redes sociales para aguantar malas épocas», puntualizaron. En relación a otros ámbitos, en 2021 la ONG recogió también 360.000 kilos de ropa usada, anunciando sus intenciones de abrir en enero una empresa de inserción relacionada con la materia y que permitirá contratar a personas en exclusión.

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