La segunda fase de las obras de remodelación de la avenida de Isidor Macabich en Ibiza han llenado de inquietud a unos comerciantes ya muy afectados por la marcha de los trabajos en los últimos meses. Tanto es así que establecimientos como la cafetería Harinus tienen previsto cerrar sus puertas durante el mes de octubre, cuando el grueso de la obra llegue a la altura de este conocido lugar.
«Vamos a aprovechar el cierre para hacer nuestra propia reforma», ha explicado este martes el encargado del establecimiento, Hassan Raougui, «no estaba previsto pero, después de ver lo que ha pasado en los últimos meses, hemos pensado que es lo mejor. Aprovecharemos el tiempo para arreglar la cafetería». Raougui lamentó que el Ayuntamiento decidiera acometer este proyecto «después de los dos años de la pandemia». «Podían haberlo hecho en ese momento o en invierno, cuando hay menos gente en la isla», indicó, «pero ahora está claro que no era el momento». El encargado de Harinus recordó que las obras les han provocado problemas «por el ruido y el polvo» pero, sobre todo, «por los cortes de suministros», que para esta cafetería «han sido muy graves».
Ruido y suciedad
Una de las comerciantes que más ha sufrido estas obras ha sido Juana Nieto, propietaria de la Zapatería Juanita, ubicada en la confluencia de Isidor Macabich con la calle Madrid. «Después de dos años de pandemia», ha denunciado este martes, «este verano está siendo horroroso por culpa de las obras». Lleva desde que comenzaron los trabajos «aguantando ruido y suciedad». Algo que le ha provocado «dolores de cabeza a diario». «Tú no sabes lo que es estar aquí metida cada día con esto», lamentó, «el ruido es insoportable y el polvo, además de quedarse en el suelo, mancha los zapatos». «Yo no digo que no se hagan las obras», prosiguió, «pero no era el momento. A nosotros nos han terminado de hundir».
Nieto explicó, entre otras quejas, que había previsto una temporada «muy buena». Su negocio, aunque esté abierto todo el año, depende del turismo y, ante las optimistas perspectivas que ya existían en invierno con respecto a este verano, adquirió «gran cantidad de género» que ahora «está ahí guardado porque por aquí no pasa nadie, salvo los clientes de siempre». «Entiendo las obras porque son para el bien de los ciudadanos», insistió, «pero tengo claro que no tenían que haberlas hecho ahora». Y añadió: «A mí no me sirve de nada que me rebajen el impuesto de las basuras cuando estamos aguantando a fuerza de préstamos».
El mismo abatimiento mostró Ingrid Lara, propietaria de la cafetería Pepe, entre Isidor Macabich y la calle Bisbe Abad i Lasierra. «Está todo fatal», aseguró, «a nosotros nos ha bajado la clientela más de un 50%». Lara desconocía que en esta segunda fase volverá a abrirse la calle para acometer nuevas canalizaciones. «No tiene ningún sentido», afirmó, «yo lo único que sé es que no me puedo permitir el lujo de cerrar porque tengo que pagar el alquiler y a mis trabajadores».
«Barbaridad»
Indignación mostró, finalmente, uno de los propietarios de Comercial Canarias, Agustín Fernández. Sobre todo al saber que en esta segunda fase de las obras será necesario volver a levantar la calle para las nuevas canalizaciones: «En teoría ya han puesto las tuberías. ¿De verdad van a abrir de nuevo? No tiene sentido». Fernández, además, calificó de «barbaridad» lo que están sufriendo los comerciantes y vecinos de Isidor Macabich: «Ni siquiera nos han explicado lo que se va a hacer en cada fase de los trabajos. Esto está siendo un desastre para nuestro negocio. Y ahora las aceras son cada vez más estrechas. No hay ni un alma en la calle».
Fernández, finalmente, insistió en que las obras «han sido un desastre» para estos negocios: «Hemos tenido y tenemos ruido, suciedad, polvo, cucarachas y un montón de cortes de luz y de agua, más las fugas de gas. Tenemos que tener las puertas cerradas y la gente, cuando pasa, piensa que no hay nadie y no entra. Y el Ayuntamiento, a cambio, solo nos ha traído lo de poder aparcar dos horas gratis en el parking del CETIS presentando el ticket de compra. Es horroroso, un desastre», concluyó.