«Fue algo muy violento. Estaban completamente fuera de sí. Al chico se lo tuvieron que llevar entre media docena de agentes y luego fue cuando ella arremetió contra los policías y tumbó de un empujón a una agente». Así relataba ayer un trabajador de un establecimiento de la Plaça de Vila los momentos de tensión vividos la noche del miércoles en la calle de la Santa Creu, un episodio que se saldó con la detención de Jade Jagger, joyera, diseñadora de interiores, modelo británica e hija del mítico Mick Jagger, arrestada por agredir a varios policías nacionales cuando éstos trataban de mediar en un altercado en un restaurante. Los hechos ocurrieron en torno a las 21.00 horas en un establecimiento ubicado en la calle Santa Creu. Jade y su acompañante se encontraban en el interior del local, supuestamente, bajo los efectos del alcohol o de algún tipo de sustancia. Su comportamiento era muy agresivo y violento.
Tras un primer altercado con el personal del local, uno de los acompañantes comenzó a gritar, insultar y amenazar a la gente que se encontraba allí. Ya en la calle, llegaron los agentes de la Policía Nacional para tratar de mediar en el conflicto y de forma educada le solicitaron que depusiera su actitud. Lejos de calmar los ánimos, el hombre se abalanzó sobre los policías propinándoles empujones y golpes por lo que utilizando la fuerza estrictamente necesaria tuvieron que proceder a reducirlo. En ese momento, Jade Jagger, salió gritando: «Stupid police» y otras frases malsonantes y se abalanzó sobre una policía a la que empujó y arañó por todo el cuerpo. También tuvo que ser reducida y trasladada en vehículo policial hasta la comisaría.
El hombre mantuvo la violenta actitud en comisaría y tuvo que se trasladado a Can Misses. En todo momento mostró una gran resistencia activa llegando incluso a agredir al personal sanitario que lo estaba atendiendo. Los dos detenidos, Jade Jagger y su acompañante, pasarán este viernes a disposición judicial tras dos noches en calabozos.
A ver, si tienen un buen abogado se van a declarar incapacitados por el efecto estupefacientes. El consumo no es castigable. Los efectos reducen la culpabilidad.