Usuarios, conductores y trabajadores del transporte público han expresado su preocupación por las condiciones en las que se encuentra la parada de autobuses ubicada en Camí de la Iglesia, junto a la estación de autobuses de Santa Eulària. Las obras en la zona han reducido notablemente el espacio y dificultan tanto el acceso como la circulación, lo que ha generado quejas en las últimas semanas.
A diario, pasan por esta parada los autobuses con destino a Sant Antoni, Cala Llonga, Cala Sant Vicent, Cala Llenya, Sant Carles y el autobus urbano. Además, los lunes y miércoles también se suma la línea hacia Sant Miquel. Sin embargo, según denuncian los chóferes, solo hay espacio para que se detenga un autobús a la vez.
«Si llegamos dos al mismo tiempo, uno tiene que esperar fuera o buscar otro sitio. No hay margen de maniobra y el sitio se queda pequeño para todo el tráfico que hay», explica uno de los conductores. También señala que muchos se ven obligados a desplazarse fuera de la parada para hacer tiempo entre rutas, lo que genera confusión entre los pasajeros, que no saben exactamente dónde esperar.
El problema se agrava por la falta de señalización. Algunos pasajeros han perdido su autobús porque no han sabido identificar dónde iba a detenerse. «Me han arrancado el cartel con los horarios varias veces. La gente se queda esperando sin saber si está en el lugar correcto», cuenta otro conductor.
La situación es aún peor para personas con movilidad reducida. Un usuario en silla de ruedas decía que parecía «de país tercermundista», porque no hay rampa ni espacio para subir.
Desde la taquilla confirman que antes era posible que coincidieran hasta tres autobuses a la vez. Ahora, solo uno puede detenerse con seguridad, y eso si no hay coches estacionados o interferencias con la obra. «Los conductores tienen que calcular con precisión dónde abrir la puerta, porque hay vallas, hierros y bordillos», explican.
Hasta hace poco había una valla cubierta con tela verde que limitaba aún más la visibilidad y el acceso. Aunque parte de la estructura ha sido retirada, los elementos metálicos siguen dificultando la apertura de puertas.
Según quienes operan cada día en la zona, por esta parada pasan unas 400 personas al día. Vecinos, conductores y pasajeros piden más espacio, señalización clara y una parada segura mientras duren las obras.
El Ayuntamiento, por su parte, ha dado respuesta a este incidente aclarando que hay un pequeño retraso en el desmontaje del andamio y el arreglo de la acera. El motivo es que, para retirar el andamio, es necesaria la intervención de una empresa especializada en estas tareas y, hasta la semana que viene, no podrán llevar a cabo esta actividad.
La previsión es que, a mediados de la próxima semana se desmonte la estructura y se adecúe la acera.
No tenemos autoridades que controlen eso??