La alerta naranja activada en la jornada de este martes en Ibiza y Formentera por fuertes lluvias y mal tiempo se tradujo en algo más de 26 litros por metro cuadrado en Sant Carles, otros 20 litros por metro cuadrado en Santa Eulària, alrededor de 22 en la Mola y menos en Vila y Sant Rafel, con aproximadamente unos seis litros por metro cuadrado. En Ibiza, se decretó el cierre de parques y jardines públicos, zonas de juegos infantiles e instalaciones deportivas al aire libre, como medidas preventivas.
Las fuertes lluvias y tormentas tuvieron afectación en los vuelos en las Islas. Al menos 99 vuelos fueron cancelados y 11 desviados en los aeropuertos de Baleares a causa del mal tiempo y las intensas lluvias registradas este martes en el archipiélago. En concreto, en el aeropuerto de Ibiza las cancelaciones han sido 20 y también hubo dos desvíos. En el aeropuerto de Menorca no ha habido afectación por el mal tiempo. El gestor aéreo Enaire alertó este martes por la mañana de que la situación meteorológica adversa obligaba a activar procedimientos de desvíos a aeropuertos alternativos por seguridad. Esos procedimientos de desvío se desactivaron sobre las 13.30 horas.
El mal tiempo, además, dejó grandes atascos y tráfico muy lento en las principales carreteras, así como en los accesos a la ciudad de Ibiza. Y es que Vila sigue llenándose de gente cuando hace mal tiempo.
En lugares como Vara de Rey, los restaurantes atendieron con normalidad, aunque con más movimiento en las terrazas. Desde el restaurante La Bufalina explicaban que, pese a la lluvia, «todo está transcurriendo con calma, los clientes entran como un día cualquiera» gracias a que la terraza está cubierta. La cervecería artesanal comentó que notaban más afluencia de gente y que «el cajón de los tickets hoy está repleto». Su terraza se mantuvo abierta, bajando únicamente los toldos en los ratos en los que llovió para que los clientes no se mojasen.
En La Solera reconocían que «si la lluvia se intensifica más, quizá tenemos que cerrar antes». La cafetería Es Repòs, por su parte, notó mucha más gente, como suele pasar cuando hace mal tiempo, pero no tuvieron que quitar la terraza porque «no ha hecho viento».
En el comercio Beatrice San Francisco también se percibió más movimiento, aunque «no en la caja». Durante todo el día hubo mucho tránsito por la plaza y muchos usuarios entraban al comercio para resguardarse de la lluvia más que para comprar, según explicaron.
En las calles como la avenida Bartomeu Roselló, donde se concentran grandes cadenas de moda, el panorama fue variable. A ratos, las tiendas se veían casi vacías, pero en otras franjas de día sí se notó afluencia. «En jornadas así muchos aprovechan para hacer recados o comprar recuerdos», explicaba una trabajadora. Entre los viandantes, las impresiones eran diversas. José comentaba que «había salido a comprar lo justo» antes de volver a casa. «Si cae lo que dicen, mejor no estar en la calle», añadía. Laura, residente del centro, señalaba que «ya llevábamos varios días con un bochorno insoportable, así que si llueve un poco se agradece».
En las calles céntricas se repitieron escenas habituales en días de temporal: tráfico más lento, conductores impacientes y algunos peatones corriendo cuando las gotas caían con más fuerza. «La ciudad se colapsa enseguida, la gente va desorientada», añadía Laura. Joan, por su parte, comentaba que «estas advertencias no siempre se cumplen. Más de una vez han anunciado lluvias fuertes y luego solo chispea», aunque reconocía que en esta ocasión «sí ha llovido más que otras veces».
Por su parte, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene activado el aviso naranja en Baleares hasta este miércoles por la mañana por lluvias y tormentas, por riesgo importante de precipitación acumulada en una hora de 50 mm y porque se podrían superar los 140 mm en un periodo de tres o cuatro horas.