El Consell d´Eivissa explicó este jueves cómo, en relación a la presunta invasión de moscas en zonas cercanas a Ca na Putxa, ha seguido dos vías de actuación. La Plataforma ‘Hay Soluciones! Para el vertedero de Ibiza’ denunció hace unos días que este problema se había agravado últimamente y lamentó que la institución insular negara la evidencia.
Fuentes del Consell explicaron que desde el pasado 25 de enero, en la planta de Ca na Putxa, han invertido en tratamientos antimoscas a través de la UTE Giref un total de 38.028,78 euros.
Además, en cinco casas se han colocado trampas contra estos insectos. En concreto, esta acción se llevó a cabo los días 26 y 27 de junio y el 8 de julio. La intervención se reforzó los pasados 27 de julio, 26 y 27 de agosto y 4 de septiembre, y se han realizado revisiones periódicos los días 26 de agosto actuando en dos viviendas; el pasado 2 de septiembre, interviniendo en tres casas más, y el día 6 de este mismo mes, cuando se realizó este refuerzo en dos casas de la zona.
Según el Consell, se han instalado en total 149 trampas-bolsa; 19 trampas-bote y tres trampas-cubo.
El coste de la intervención en viviendas, donde se han colocado 171 trampas en total, asciende a 2.861,51 euros.
Desde la institución reiteraron que este verano no se han registrado incidentes que puedan haber provocado un aumento del número de moscas, más allá de lo que pueda pasar en zonas donde hay este tipo de instalaciones.
Cabe recordar que esta temporada los vecinos de Ca na Putxa denunciaron su malestar por la abundante presencia de estos insectos.
Según explicó la plataforma, es «imposible» que el Consell no haya detectado ningún foco tras comprobar el estado de las instalaciones de Ca na Putxa.
Los vecinos afirmaron además que el Consell había reconocido que las balas de residuos procedentes de la recogida selectiva del contenedor amarillo ya provocaron una plaga de moscas en 2024 y, aunque este año la recogida de estas balas se llegó a retrasar, «en ningún caso» se originó un problema de proliferación de plagas, según defendió la institución.
El Consell también explicó a los vecinos que se habían adoptado nuevos métodos preventivos como la inmersión de las balas en solución salina y correctivos como la instalación de trampas de feromonas en el área ambiental.
«Negar la existencia del problema no hace más que aumentar el sentimiento de abandono que sufren los residentes, que vuelven a exigir medidas eficaces para solucionar de una vez por todas esta grave situación», insistieron los vecinos.
Los residentes en la zona denunciaron además el problema de malos olores que deben soportar, por lo que exigieron la ejecución de un proyecto de instalación de una atmósfera negativa en la planta de compostaje y la renovación de los obsoletos filtros de brezos por otros de carbono activo.