Con motivo del lanzamiento de la promoción de la pulsera solidaria y de la celebración del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, hablamos con Bel Amer, vicepresidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer (en adelante, AECC) en Illes Balears, y representante de los pacientes acerca de la labor de la Asociación y de los principales desafíos en la lucha contra la enfermedad.
—¿Qué significado tiene la pulsera que se lanza con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama?
—Esta pulsera es fruto del trabajo y la dedicación de nuestros voluntarios, que la han diseñado y elaborado con mucho cariño. Se podrá adquirir en los puntos de venta de Periódico de Ibiza y Formentera y en las mesas informativas que instalaremos este domingo en Sant Antoni. Su objetivo es visibilizar el cáncer de mama, concienciar sobre la enfermedad y promover la prevención y la detección precoz, pilares fundamentales para mejorar la supervivencia.
—Más allá de la recaudación, ¿qué mensaje quiere transmitir esta iniciativa a las personas que están atravesando la enfermedad y a la sociedad en general?
—Transmitir a la sociedad la importancia de mantener hábitos de vida saludables y participar en los programas de cribado y revisiones periódicas. Hoy, la supervivencia media del cáncer de mama ronda el 80 % si se detecta a tiempo, un dato muy esperanzador. En España, en 2024 se registraron 35.875 nuevos diagnósticos, y aunque afecta mayoritariamente a mujeres, también se detectan casos en hombres. En Baleares se diagnosticaron 830 mujeres, de las cuales 169 tenían menos de 50 años.
—En los últimos años se han logrado grandes avances en la detección precoz y los tratamientos, pero ¿cuáles son los principales retos que aún persisten?
—Nuestro reto sigue siendo prevenir, investigar y acompañar. Desde la AECC impulsamos actualmente 114 proyectos de investigación, con una inversión total de 31,5 millones de euros. Apostamos también por la promoción de hábitos saludables y seguir ofreciendo servicios gratuitos los 365 días del año con atención psicológica, orientación social y sanitaria, y programas de acompañamiento a través de nuestro voluntariado.
—La AECC lleva décadas acompañando a pacientes y familias. ¿Cómo definiría hoy la labor de la Asociación en Baleares?
—Realizamos una labor conjunta con el sistema sanitario público, complementando su atención con un enfoque centrado en la persona. Además de la atención sanitaria, trabajamos en el área psicosocial, que es igual de importante. Contamos con actividades como un club de lectura o talleres de bienestar, pensadas para favorecer la participación social y evitar el aislamiento durante el tratamiento. La clave está en ofrecer un acompañamiento integral, donde la persona se sienta escuchada, comprendida y arropada.
—¿Cuáles son las principales necesidades emocionales o sociales que más se repiten entre los pacientes con cáncer de mama?
—El diagnóstico marca un antes y un después. La rutina, la vida laboral y familiar cambian por completo, y la persona debe afrontar un proceso largo de adaptación con pruebas, tratamientos, ingresos, intervenciones quirúrgicas, etc. Todo ello impacta profundamente. Por eso es esencial mantener una red de apoyo sólida, algo que no siempre existe. Muchas personas se sienten solas, y ahí entra nuestro programa de voluntariado, que busca evitar el aislamiento y acompañar emocionalmente. En mujeres con hijos, por ejemplo, es frecuente la preocupación por cómo afectará la enfermedad a la crianza, muchas veces incluso más que el miedo por ellas mismas. También prestamos atención al seguimiento psicológico para prevenir trastornos adaptativos. Tras el tratamiento, llega otro desafío que es la vuelta a la normalidad, que también supone un cambio.
—¿Cómo puede cada persona contribuir a la lucha contra la enfermedad desde su día a día?
—Todos podemos contribuir adoptando hábitos de vida saludables, participando en cribados y revisiones médicas y apoyando la investigación. Gracias a la investigación, a la prevención y al sistema sanitario público, hoy muchas de nosotras estamos aquí. La lucha contra el cáncer es una tarea colectiva donde cada gesto cuenta.
—¿Qué objetivos se marca la AECC en Illes Balears para los próximos años?
—Seguiremos trabajando en la misma línea. Investigación, prevención y apoyo integral a pacientes y familias. Nuestro objetivo es que todas las personas que lo necesiten tengan acceso a nuestros servicios. Para 2026 esperamos que todos los municipios de Baleares con hospital público cuenten con una sede o punto de atención de la Asociación, de modo que podamos ofrecer acompañamiento psicológico, social y voluntario a todos los pacientes desde el primer momento.