El personal del Hospital Residencia Asistida Cas Serres denunció este viernes públicamente la grave situación laboral y asistencial que atraviesa el centro durante este año 2025, derivada de una falta estructural de personal que impacta en casi todos los servicios, desde médicos y enfermería hasta limpieza y terapia ocupacional. Según explicaron los empleados a través de un comunicado, esta carencia repercute negativamente en la calidad de la atención que reciben los pacientes.
Los trabajadores señalan que la ausencia de sustituciones en casos de bajas, jubilaciones, permisos y vacaciones provoca una sobrecarga constante que afecta tanto a la salud del personal como al bienestar de los residentes. «Llevamos tiempo sufriendo una falta estructural de personal en casi todos los ámbitos —médicos, enfermería, auxiliares, supervisión, terapeutas ocupacionales, entre otros—. La situación nos está llevando al límite», afirmaron.
Uno de los colectivos especialmente afectados es el de limpieza. Según expresaron, desde el 23 de octubre de 2025 se ha producido una jubilación adicional en este servicio, que se suma a permisos concedidos anteriormente y a la reubicación de una plaza fija de estabilización para personas con discapacidad, cuyo puesto fue destinado a otro departamento. Tras la decisión conjunta del hospital y del Consell d’Eivissa de no cubrir estas vacantes, el personal alerta de que «no se podrá suministrar suficiente ropa para las plantas» y «habrá habitaciones y pasillos sin limpiar», una situación que califican de insostenible.
La ausencia de sustituciones durante bajas o jubilaciones provoca que se redistribuya la carga laboral sobre el resto de profesionales, lo que puede traducirse en demoras en servicios clave y empeoramiento de la atención, según denunciaron los propios empleados. En el caso del Hospital Residencia Cas Serres, esta situación ha derivado en que la limpieza del centro «no pueda mantenerse con los estándares necesarios, afectando directamente a la higiene de las habitaciones y zonas comunes».
Además, desde el centro denunciaron una «presión creciente» sobre algunos trabajadores a quienes se les habría planteado la opción de firmar contratos a través de una empresa subcontratada, según afirmaron estos trabajadores si bien reconocieron que esta información les habría llegado por «fuentes no oficiales». Esta medida implicaría perder sus plazas fijas en el hospital, con la consiguiente pérdida de derechos laborales y de estabilidad, afectando especialmente a quienes llevan años en el servicio público, según afirmaron los trabajadores.
El personal asegura que esta crisis de personal no solo afecta al bienestar de los profesionales, sino que repercute directamente en la calidad asistencial que reciben los usuarios. La sobrecarga derivada de la falta de cobertura pone en riesgo el adecuado desarrollo de las funciones y puede tener consecuencias para la salud física y mental de los trabajadores, según alertaron.
En este contexto, los empleados hacen un llamamiento urgente a responsables políticos y la administración competente para que adopten medidas que reviertan esta situación. En este sentido, solicitan acciones que garanticen el mantenimiento de las plantillas, la cobertura de puestos vacantes y el respeto a los derechos laborales, en defensa de la calidad asistencial y la estabilidad del personal.
Esta legislatura el Consell ha tenido muy mala suerte en la gestión de Recursos Humanos. La consellera Fajarnes no ha estado a la altura de la responsabilidad que requiere este ámbito, y su directora insular, Josefa Costa, ha demostrado una falta de competencia aún mayor. Es evidente que con una dirección así, poco se puede avanzar. Ojalá en la próxima legislatura, si se repite la presidencia, se realice una reestructuración y se designe a personas más capacitadas para este departamento, que ha sido un auténtico desastre en su funcionamiento.