El pasado 4 de agosto una mujer paseaba con un perro de raza potencialmente peligrosa (más conocidos como PPP) por el barrio de Figueretes, en la ciudad de Ibiza. Lo llevaba sin correa y sin bozal, algo especialmente prohibido por la ordenanza municipal de tenencia de animales. La mala suerte quiso que se cruzara con otra persona que, a su vez, llevaba a otro perro, un pequeño yorkshire.
El perro atacó violentamente al otro animal, al que acabó matando a dentelladas. Los hechos se han saldado ahora con la imposición de una sanción de 1.500 euros a su propietaria. Sanción cuya imposición ha sido aprobada este jueves por el Pleno municipal celebrado en Can Botino.
El concejal de Bienestar Animal, Manuel Jiménez, ha explicado que, según la ordenanza, las sanciones graves van desde los 300 euros hasta los 1.500 euros. «A ella se le ha impuesto la sanción más alta de la ordenanza municipal de tenencia de animales». El motivo de la sanción ha sido «llevar a un perro de raza ppp sin correa ni bozal que provocó la muerte de un perro de raza yorkshire».
Los perros de raza potencialmente peligrosa (PPP) son aquellos que, según la legislación española, presentan unas características físicas y conductuales asociadas a una mayor capacidad de causar daño en caso de agresión. No se trata únicamente de su temperamento, sino de su potencia muscular, mandíbula, resistencia física, tamaño y capacidad de ataque. La normativa los regula por precaución, exigiendo licencias, seguros y medidas de control específicas para garantizar la seguridad tanto del animal como de su entorno.
Las razas que suelen incluirse en esta categoría son, entre otras, el Pit Bull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu y Akita Inu. También pueden considerarse PPP aquellos perros mestizos que, sin pertenecer a una raza concreta, presentan rasgos físicos similares, como cabeza voluminosa, musculatura muy desarrollada o un peso superior a los 20-25 kilos con fuerte estructura ósea. La clasificación varía por países, pero estos nombres son los más habituales.
La peligrosidad no proviene del perro en sí, sino de una combinación de fuerza física, genética y manejo responsable. Estas razas pueden ser equilibradas, nobles y estables si están bien educadas, pero su potencia convierte cualquier mala socialización, maltrato, ansiedad, descuido o conducta agresiva en un riesgo mayor que en otras razas. Por eso se exige uso de bozal en espacios públicos, correa corta y licencia para propietarios. El objetivo no es estigmatizar a los animales, sino evitar accidentes graves y asegurar que quienes conviven con ellos tienen formación, responsabilidad y control suficientes.
Normalmente en los comentarios aparecen puntos de vista distintos. En este NO. Hay unanimidad; todos rechazan la actuación del dueño del can, la leve sanción recibida y la calificación de esta como "multazo" por parte de Gisela Rivelles. Un perro no es una "cosa", es un ser vivo que se quiere y forma parte de la familia. Si el Ayuntamiento no dispone de herramientas más adecuadas que este tipo de multas, que se ponga manos a la obra y deje de hacer el ridículo y Rivelles que siga escribiendo contra los políticos de izquierdas que es a lo que está acostumbrada y se le da más fácil.