Cerca de 200 personas podrían haber muerto ayer y cerca de 140 han resultado heridas o intoxicadas en el incendio provocado por un supuesto desequilibrado en el Metro de la ciudad surcoreana de Daegu (sureste). Dos convoyes se vieron afectados. El balance aún es provisional ya que las tareas de recuperación de cuerpos no habían concluido. Según las investigaciones premilinares, el autor del incendio, que utilizó un cóctel molotov, pretendía vengarse de un error médico. Según el último balance de la célula de crisis habilitada por el Gobierno local de Daegu, y recogido por la agencia de noticias Yonhap, por el momento hay 52 víctimas mortales confirmadas, 171 personas desaparecidas y 138 heridos, que han sido ingresados en nueve hospitales distintos. Otros medios, como los diarios Korea Herald y Korea Times hablan de 130 muertos y un centenar de heridos.
Dos horas después, la Policía detuvo a un sospechoso en relación con el atentado, un individuo identificado como Kim Dae Han, de 56 años de edad y con antecedentes de problemas psiquiátricos, que había ingresado con los demás heridos en uno de los hospitales, con quemaduras que presuntamente había sufrido en el metro. «Algunos testigos ya le han reconocido y le estamos interrogando», precisó ayer el jefe de la célula de emergencia, Kim Byung Tak. Las primeras investigaciones adelantadas por fuentes policiales indican que el sospechoso podría haber provocado el incendio como venganza contra una clínica de medicina oriental que le operó en 2001 tras sufrir un ataque cerebral, y que le provocó graves secuelas físicas.
Al parecer, el individuo había comentado en varias ocasiones con su familia que tenía la intención de perpetrar un ataque contra la clínica. Testigos presenciales indicaron que, hacia las diez menos cinco de la mañana, cuando el convoy llegaba a la estación Jungangro , el individuo sacó de su mochila una botella, al parecer de leche, rellena de material inflamable que empezó a arrojar por el suelo. Antes de que ninguna de las personas que le rodeaban pudieran reducirle, encendió la botella y la lanzó contra el suelo, por lo que el vagón prendió fuego de inmediato. «Cuando el tren llegó a la estación y se abrieron las puertas, un hombre vestido con ropa deportiva encendió una botella verde de leche con un mechero», explicó un testigo.