El vehículo siniestrado, un Grand Cherokee con matrícula alemana, entró rápidamente en llamas. El humo alarmó a toda la población de Sant Rafel e instantes después el Parque Insular de Bomberos recibía numerosas llamadas que informaban de la presencia de un fuego en la zona conocida como el Club. Para entonces, su conductora, presumiblemente también de nacionalidad germana, se hallaba a salvo tras haber conseguido abandonar rápidamente su todoterreno.
El suceso ocurrió poco antes del mediodía. La conductora afectada, al parecer vecina del Club de Sant Rafel, acaba de encender el motor del Gran Cherokee y tras recorrer unos cuantos metros notó que comenzaba a salir humo. El todoterreno transportaba en su interior un total de ocho bombonas de butano. No ha trascendido si todas ellas estaban llenas.
Dos vehículos del Parque Insular, con tres bomberos, se desplazaron hasta el lugar del siniestro. Los bomberos extrajeron en el momento que pudieron los recipientes de gas. El coche, sin embargo, resultó completamente destruido por la acción de las llamas. Según la información recogida por este periódico, las bombonas de butano, pese al riesgo inherente que pueden conllevar por el gas que alojan, especialmente en espacios cerrados, suelen estar preparadas para soportar grandes temperaturas. De hecho, se han dado múltiples casos de incendios con viviendas totalmente destruidas de las que se han rescatado bombonas sin detectarse ninguna fuga.