La jueza Martina Rodríguez, responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, dejó ayer visto para sentencia el proceso contra Ramón Mayol y Chaker Boussel, los dos responsables de Els Verds que, acusados de calumnias por un grupo de policías, se juegan un año y medio de cárcel por hacerse eco de los supuestos maltratos que denunciaron dos ecuatorianos detenidos por la policía en enero de 2003. El fiscal confirmó en sus conclusiones su requerimiento de que fueran absueltos ambos acusados, pero no dudó en calificar de «ligeras» sus manifestaciones a la prensa. «Sin embargo no ha habido un ánimo de difamar que se pueda considerar delito como tal», explicó en la vista.
Mayor y Boussel, pese a todo, se enfrentan a la citada condena de cárcel y al pago de una indemnización conjunta a los agentes de 30.000 euros, la misma cantidad en multas que si subsidiariamente fueran considerados culpables de injurias graves, tal y como también propuso la representación legal de la cincuentena de agentes que les denunciaron. Dicha cifra supone algo menos de una cuarta parte de la plantilla de Comisaría. Los policías que ayer declararon -todos de servicio en los calabozos- coincidieron en parte con lo manifestado días atrás por sus compañeros sobre la ausencia de irregularidades. Pero dos de ellos revelaron, por contra a lo que hasta ahora se había dicho, que en Comisaría se da agua del grifo a los detenidos a no ser que tengan dinero para pagarse el agua mineral. Los ecuatorianos, como se sabe, dijeron haber estado cinco días con comida, bebida y aseo deficiente. Uno de ellos relató que ingirió una pastilla con su propia orina. «En todo caso, fue un acto voluntario del que nunca se ha dicho que fuera obligado», destacó la defensa. Según la defensa de los acusados, las declaraciones de éstos a la prensa se hicieron «fortuitamente y sin ánimo de calumniar» cuando ambos dirigentes políticos se encontraron con periodistas que cubrían la Audiencia y cuando éstos acompañaban a los dos ecuatorianos al juzgado.