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El adolescente indomable

Un delincuente magrebí de la isla ha estado tres años haciéndose pasar por menor de edad

El sospechoso, ahora preso, fue detenido en un barco de pasaje a la llegado del buque al puerto de Sant Antoni.

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Z.Z. está en espera de una sentencia que le puede suponer una condena de cuatro años y tres meses de prisión por delitos de tráfico de drogas y robo. Las víctimas fueron los pasajeros de un barco de Baleària que se cubría la línea entre Barcelona y las Pitiüses. Para la Justicia española ya es oficialmente mayor de edad.

Durante al menos tres años este presunto delincuente, muy conocido por las fuerzas policiales que trabajan en Eivissa, ha estado insistiendo en que él era menor y repitiendo sin ningún rubor la misma edad cada vez que era apresado.

Su supuesta «adolescencia» es ahora historia. Z.Z., un joven de nacionalidad argelina, pequeña estatura y complexión física endeble, había, al parecer, había logrado salir airoso de múltiples procesos penales, y eludiendo una posible expulsión del país, hasta que uno de los juzgados de menores de Balears ha acreditado su mayoría de edad penal.

Su caso no es único. La mayoría de jóvenes delincuentes magrebís, personas indocumentadas y que además suelen valerse de varias identidades a la vez, suelen emplear la misma táctica que presuntamente ha utilizado durante todos estos años Z Z.

Reconocimiento
Un reconocimiento médico suele servir para establecer la presumible edad del sospechoso cuando no se tiene referencia alguna sobre ello.

El forense estudia el crecimiento del cartílago de la muñeca y, en una prueba similar, analiza el sesamoideo del pulgar de una mano para intentar establecer la edad del sospechoso. El resultado de su diagnóstico depende de los valores que hay prefijados en unas tablas de medición.

Éste, sin embargo, no se considera infalible. Los médicos señalan en sus informes sus impresiones, pero es finalmente el juzgado el que tiene que resolver la cuestión y decidir si el sospechoso tiene edad penal.

Según la información recogida por este periódico, Z.Z. ha estado andando en estas aguas durante los últimos tres años. Ahora, preso, espera el fallo de una juez de Eivissa después de que la Guardia Civil le decomisara 208 gramos de hachís, repartidos en trozos, y le relacionara con varios robos al descuido perpetrados en la travesía de Barcelona a Eivissa.

El sospechoso fue apresado a bordo después de que los agentes subieran al buque a su llegada al puerto de Sant Antoni. Varias personas reconocieron como suyos objetos que el acusado tenía en su poder después de que un pasajero, recelando de él, se decidiera a seguirle por todo el barco.

Pese a todo, Z.Z. defendió en su juicio, celebrado días atrás, su plena inocencia, dando entender que todo se debía a una nueva confusión.

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