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El 'camello' que dio cristal al turista fallecido en una discoteca no responderá de su muerte

El juez imputa al vendedor tráfico de drogas y cree que la víctima fue la única responsable por la dosis que tomó

El 061 intervino no sólo para intentar salvar al turista sino también para asistir a los tres amigos del fallecido.

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La investigación judicial por la muerte del turista norteamericano de origen indio que pereció el pasado verano en una discoteca de Platja d'en Bossa después de haber ingerido una dosis fatal de cristal ha resuelto que éste fue el único responsable de su muerte. El traficante que presuntamente le vendió a él la droga, un italiano que fue detenido 24 horas después del deceso por la Guardia Civil, sólo tendrá que sentarse en el banquillo para responder de un delito contra la salud pública.

Éste es, en resumen, el resultado que está arrojando la instrucción por la muerte de Mitesh A., de 29 años de edad y quien perdió la vida pocas horas después de haber ingerido un gramo de cristal de éxtasis cuando con otros tres amigos norteamericanos «preparaba» su salida para disfrutar de la noche ibicenca.

Marco M., el italiano de 27 años que supuestamente le vendió la droga, fue localizado poco después por agentes del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil en un bar de Platja d'en Bossa próximo a la discoteca. Los tres amigos de la víctima identificaron a dicha persona como el presunto vendedor, persona que siempre ha negado estos extremos y a quien en el momento de su detención no se le intervino ningún estupefaciente. Este hecho puede motivar que la condena a la que se enfrente el acusado, cuando sea juzgado por la Audiencia Provincial, sea mínima. El juzgado tampoco acreditó ningún tipo de adulteración en la droga adquirida por el grupo norteamericanos, según ha podido averiguar también este periódico. Los tres amigos del fallecido también necesitaron asistencia sanitario y uno de ellos incluso, tuvo que estar hospitalizado.

Este último, además, no quiso prestarse a una prueba de cabello que pudiera ayudar a determinar si el cristal ingerido podía presentar algún componente especialmente tóxico.Todo indica, sin embargo, que las sobredosis sufridas por los turistas se debieron más bien a su desconocimiento de la droga que tomaban. Al parecer, éstos fueron a comprar éxtasis y creyeron como tal lo que habían conseguido.

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