El impresionante catamarán 'Taribat', de bandera británica, fue apresado el 23 de septiembre cerca de Sant Antoni con 2.400 kilogramos de cocaína a bordo cuyo destino era la península previa escala en Eivissa. La policía británica y la DEA de Estados Unidos lo seguían desde Londres, la Guardia Civil lo interceptó en aguas pitiusas y detuvo a sus tres tripulantes, de países del este europeo.
La Audiencia Nacional ordenó la inmovilización del catamarán en el puerto de Sant Antoni y parece que se olvidó de él hasta anteayer, que comenzó hundirse debido a una vía de agua abierta en el casco.
Contaminación
El cap de Port de Sant Antoni, Gabriel Sánchez, informó ayer de que está esperando la autorización de la Audiencia Nacional, solicitada a través de la Guardia Civil, para reparar la vía de agua y sacar el catamarán a varadero.
El 'Taribat' es una embarcación de lujo que, tras dos años olvidada en el amarre y sin ningún tipo de cuidado, se está convirtiendo en chatarra. Este catamarán estaba dotado de los más sofisticados elementos de navegación. Tiene siete metros de manga y 14 de eslora y valía «un auténtico dineral», informaron fuentes conocedoras del caso.
Ninguna administración ni ninguna organización no gubernamental ha podido aprovechar este narcobarco que se está echando a perder.
Por su parte, el alcalde accidental de Sant Antoni, Joan Pantaleoni, dijo ayer que el Ayuntamiento va a reclamar a Ports, dependiente de la Conselleria balear de Medi Ambient, que «acelere esto porque no podemos esperar, ya que hay peligro grave de contaminación». La bahía de Sant Antoni se está convirtiendo en un vertedero debido a la desidia institucional, ya que el fondeo no está regulado y hay barcos abandonados que se han hundido y otros que están en proceso.