Juan C.T, un histórico del narcotráfico, natural de Eivissa y de 59 años, fue detenido en Málaga cuando la Guardia Civil de Melilla y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) completaban días atrás una investigación iniciada por el instituto armado para acabar con una red que utilizaba barcos nodriza para llevar cargamentos de hachís a la península y a las Islas y a la que en mayo del año pasado se le intervinieron 2.100 kilos al sur de es Vedrà. En dicha operación fueron detenidos un pescador y un agricultor ibicencos, que iban a bordo de la 'Ludemar', la lancha que transportaba dicho alijo.
La investigación, dirigida por el juez José Espinosa, titular del juzgado de Instrucción número 2 de Eivissa, considera a Juan C.T. como el presunto cerebro de esta red en las Pitiüses. Su detención, según ha trascendido ahora, vino acompañada de la del supuesto jefe de la trama, un español afincado en Melilla, otro residente en es esta ciudad y un vecino de Sant Carles al que agentes de la Guardia Civil Eivissa arrestaron cuando salía de su casa en dirección al aeropuerto con 500 éxtasis adosados a su cuerpo. Este último sospechoso, identificado como B.C.S., natural de Cataluña y de 45 años, fue capturado cuando el pasado 19 de febrero se disponía a tomar un vuelo con destino a Barcelona.
El vecino de Sant Carles, además, guardaba en su vivienda documentación y aparatos de alta tecnología que eran propiedad de la red. En los registros domiciliarios que se han llevado a cabo en la, por ahora, última fase de la investigación se encontró abundante material náutico y sofisticados teléfonos satélites que facilitaban las actividades de narcotráfico una vez que se programaba y ejecutaba un alijo.
La Agencia Tributaria, de la que depende el SVA, informó ayer del resultado de esta fase de una investigación que los agentes bautizaron como operación Payés-Margalida. El cabecilla de la red ha sido ubicado en Melilla. Se trata de otro histórico del narcotráfico, H.M.M., de 37 años y persona que fue arrestada al salir de permiso penitenciario de la cárcel donde cumplía otro delito. Su detención tuvo lugar cuando se sospechaba de que dicha persona iba a fugarse a Marruecos.
Según las pesquisas, H.M.M. adquiría embarcaciones de recreo para cubrir sus misiones de narcotráfico con la ayuda de un barco nodriza que solía estibar la carga en aguas marroquíes. Durante los diez últimos meses tras el decomiso en la costa ibicenca, se tuvo conocimiento de varios alijos abortados. La investigación, asimismo, logró aprehender en Mallorca 27 kilos de hachís cuando un sospechoso los transportaba en un coche. La operación se considera aún abierta.