Un total de ocho personas, siete de ellas miembro de una misma familia, murieron ayer por los disparos realizados por un hombre de unos 50 años que posteriormente se suicidó tras verse acorralado por la Policía en Bratislava.
Además un total de quince personas resultaron heridas en el tiroteo. Trece tuvieron que ser trasladadas a varios hospitales mientras que otras dos recibieron atención en el lugar de los hechos. «Un paciente está en estado crítico, mientras que otros tres más están graves y los otros nueve se encuentran estables», ha aclarado el titular de Sanidad. El agresor, que no ha sido identificado, iba armado con un fusil de asalto que había obtenido ilegalmente y tenía también otras dos armas así como numerosa munición. El ministro del Interior esloveno, que no quiso entrar a valorar los motivos tras lo ocurrido, reconoció que «era una familia de origen gitano». La Policía recibió una llamada que informaba de disparos en uno de los pisos de un edificio de apartamentos. Cuando la patrulla llegó al lugar, el agresor estaba abandonando el piso, en el que dejó tras de sí cuatro mujeres y un hombre muertos. Asimismo, en su huida mató a otro hombre miembro de la familia en el descansillo del edificio.
A continuación, el agresor comenzó a disparar en la calle contra las personas que se encontró a su paso y contra la Policía, que consiguió arrinconarle. Fue entonces cuando el hombre, cuya identidad no ha sido revelada, se suicidó tras verse acorralado.