La artista danesa Annette Merrild inauguró ayer en Eivissa su exposición titulada Sculptural Paintings. Las obras se presentaron al público en la galería de arte Ventana Contemporary, donde podrán visitarse hasta el próximo 15 de mayo.
Merrild utiliza la fotografía, la pintura y la escultura con la comunicación como fin. Sus dos series fotográficas sobre el Self Bondage, tituladas Self Control y Sculptural Paintings, van más allá de los límites de la lucha de poder en la diferenciación sexual y, sobre todo, representan una realidad contrapuesta a la que inicialmente podrían sugerir, tal y como explicó la artista.
La autora posiciona a sus modelos a través de instrucciones coreográficas en una postura que enfatiza el valor intrínseco de las cuerdas, en formas visuales dramáticas libres de influencias de la pintura clásica y de la fotografía experimental. Las ataduras están anudadas por los propios protagonistas y llevadas a escondidas bajo su misma ropa del día.
El propósito puede ser la atracción por el autocontrol o el gusto de ir en contra de las normas sociales. «Las mujeres no están sometidas como objetos a un sujeto sexual dominante, y la atadura no limita de ninguna manera su autonomía en la toma de decisiones», aseveró la artista danesa quien añadió que «la modelo es la que hace la escultura porque es la que muestra lo que quiere que quede plasmado. Hay un diálogo que queda entre nosotras».
En cuanto al mensaje que intenta transmitir con esta muestra, Merrild confesó que a ella le gusta «la imagen de la mujer fuerte consigo misma. Yo soy feminista y creo en la fuerza interior de la mujer, de las personas, y en todo lo lejos que podemos llegar para ser libres». Annette Merrild nació en Dinamarca y después de realizar estudios en pintura clásica en su país, trabajó como talladora de madera en la Cooperation Akamba Handcrafts Industry en Mombasa, Kenia. Su fotografía conceptual ha sido expuesta con éxito en Beverly Hills, Hamburgo, Copenhague, Londres, Madrid, San Petersburgo y París.