21 NORUEGA (9+12): Fosseng; Lauritzen (2), Penne (5'2p), Ellingsen (5), Hagen (2), Vildalen (2), Jensen (2) -equipo inicialRasch, Sando (1), Moldestad (2).
25 ESPAÑA (13+12): Barrufet; Ugalde (1), Chepkin (6), Masip, Urdangarín (5), Dujshebaev (7), Urdiales -equipo inicial- Lozano (3), Olalla, Juancho Pérez, Guijosa (3p).
Marcador cada cinco minutos: 2-0, 3-3, 5-6, 5-8, 7-10, 9-13 (descanso), 13-16, 15-20, 17-23, 18-23, 19-24, 21-25 (final). Arbitros: Pendic y Majstorovic (Yugoslavia). Excluyeron a Urdangarín (2), Juancho Pérez, Ugalde, Olalla, Vildalen, Lauritzen, Jensen.
Incidencias: partido de la segunda jornada, grupo A, del Campeonato de Europa de balonmano Croacia 2000 disputado en el Dom Sportova de Zagreb al que asistieron 1.500 espectadores. Emilio Butragueño, asesor del secretario de Estado para el Deporte, presenció el partido en el palco.
EFE-ZAGREB
España sumó su segundo triunfo consecutivo en el Europeo Croacia 2000 de balonmano al derrotar sin agobios a Noruega por 24-19. El equipo español notó en el primer cuarto de hora el esfuerzo derrochado frente a Croacia y la ausencia de Carlos Ortega y Guijosa en el siete titular. La concentración, pieza clave para la defensa, bajó a cotas preocupantes. Ugalde, como avanzado en el 5-1, hizo una aceptable labor, pero la zaga no funcionó como siempre.
La excepción la protagonizó un inconmensurable David Barrufet en el marco. El 6-0 defensivo del equipo nórdico se empleó con dureza, lo que unido al escaso acierto de España permitió que el marcador fuera favorable a Noruega hasta el minuto 11. Talant Dujshebaev comenzó a taladrar la puerta noruega y la defensa retomó el ritmo.
La fuerza se les acabó a los «vikingos» y España paró, mandó y templó el juego. Aumentó progresivamente la ventaja española con un sólo lunar. Iñaqui Urdangarín, certero en sus tiros (5 tantos) pagó su fogosidad defensiva con la segunda exclusión a un minuto del descanso. La ventaja española permaneció en cuatro goles para el descanso (13-9). España continuó dominando. El impresionante poder lanzador de los hombres de Román obligó a la defensa noruega a buscar más profundidad. De esa actividad hubo un beneficiado, el pivote Andrei Chepkin, que comenzó a recibir balones y a inflarse a goles.