24 ESPAÑA (13+11): Barrufet, Chepkin (2), Guijosa (4'2p), Masip (1), Olalla, Urdiales (4), Juancho Pérez -equipo inicial-, Mariano Ortega (4), Lozano (2), Ugalde y Dujshebaev (7).
23 FRANCIA (12+11):Martini, Gille (6), Girault (2), Richardosjn (5), Wiltberger (1), Joulin (4, 1p), Cazal (1) -equipo inicial-, Dinart, Burdet (2), Puigsegur (1) y Golic (1p).
Marcador cada cinco minutos: 2-3, 4-6, 6-7, 9-8, 10-10, 13-12 (descanso), 14-14, 17-16, 19-16, 20-18, 22-20, 24-23 (final).
ÀRBITROS: Pendic y Majstorovic (Yugoslavia). Excluyeron a Ortega, Lozano, Urdiales, Burdet y Gille.
EFE - Zagreb (Croacia)
La selección española de balonmano vio recompensado con la medalla de bronce su enorme esfuerzo y sacrificio en el Campeonato de Europa de Croacia 2000, después de derrotar al conjunto francés por 24-23. Los objetivos españoles se cumplieron más que decorosamente en el partido número doscientos del seleccionador Juan de Dios Román. Por un lado, España logró subir al podio, clasificarse para el próximo Mundial 2001 y el Europeo de 2003.
Los españoles se mantienen en la élite de este deporte, al aúparse por tercera vez consecutiva entre los tres primeros clasificados. Dos medallas de plata y la reciente de bronce avalan tal afirmación. La «venganza» del desastre español en el primer partido del Europeo frente a Francia se consumó en buen momento. Pese al mazazo que supuso el sábado caer eliminada por Suecia, pese a que España jugó mejor en la semifinal, el equipo que dirige Román se sobrepuso con enorme esfuerzo y sacrificio para colgarse una medalla más.
Con las fuerzas al límite de unos y otros era de esperar un partido de escasa calidad, pero éste fue en cambio muy intenso. En esa pelea de intenciones Francia se llevó la mejor parte durante algo más de diez minutos. En el tiempo restante el conjunto español mantuvo la concentración en los momentos clave y jugó mejor que su rival. El esfuerzo defensivo de España se asentó y dio frutos tras el primer cuarto de hora.
Suecia revalidó el título de campeona de Europa de balonmano al derrotar a Rusia por 32-31, en una final emocionante y equilibrada que se resolvió después de dos prórrogas. El combinado nórdico superó todas las dificultades que se encontró durante más de 80 minutos de juego. Primero logró reducir su desventaja elevada tras la primera mitad (15-9), en una reacción encomiable por la hasta entonces superioridad rusa. Suecia tuvo que emplearse a fondo para conseguir forzar la primera prórroga, mientras que la fortuna sonreía a Rusia para forzar la segunda. Finalmente Suecia consiguió su segunda medalla de oro consecutiva en el Campeonato de Europa, que se une a su amplio historial de títulos.