Cerca de un millar de aficionados madridistas salieron ayer a la calle para celebrar la victoria del Real Madrid ante el Valencia en el estadio de Saint Denis, en París, que ayer fue, por noventa minutos, la capital del fútbol europeo y español. Al grito de ¡la octava del Madrid! los aficionados blancos dejaron sus casas y bares, refugio momentáneo para ver el encuentro, para festejar con petardos, pitidos y coreando el alirón que el madridismo tiene un nuevo triunfo en su palmarés.
Los miembros de las peñas madridista, en Sant Jordi, y 'che', en San Antonio, que no se trasladaron a París para vivir y sufrir 'in situ' la final, vivieron las dos horas de retransmisión en abierto concentrados en sus sedes sociales, en el caso de los valencianistas en El Casal, o en locales amigos, como Can Tixedó para la peña blanca. Todos tenían listas para el descorchado sus botellas de champán y cenaron mientras observaban los movimientos de Redondo o de Mendieta, o los goles de Raúl, Morientes y McManaman. Finalmente, la victoria se decantó hacia los blancos que partieron desde todos los puntos de la ciudad en coche, ciclomotor o andando, hacia la fuente que decora el Parque de la Paz de Eivissa, y pasearon por las calles de la ciudad pitiusa su emoción, bandera en mano y dando bocinazos.