La selección española derrotó por 3-1 a Eslovenia gracias a su mayor talento y pegada, con lo que encarrila su participación en el Mundial 2002 y acaba con el maleficio de 52 años sin ganar en sus estrenos en fases finales. No fue un triunfo con gran juego, nada de eso. Fútbol hubo poco, emoción cuatro minutos, pero acierto de España bastante ante la portería rival. Luis Enrique puso empuje, Raúl clase y pegada, Valerón toques de categoría y su primer gol internacional, pero todos, desde Baraja hasta Iker Casillas, asumieron el rol del trabajo.
Hacía más de medio siglo que España no arrancaba un Mundial con un triunfo y curiosamente lo hizo con el mismo marcador que cuando derrotó a Estados Unidos en Brasil'50, aunque entonces tuvo que remontar en un final pletórico.
Ni Camacho ni Katanec sorprendieron con los respectivos onces iniciales. Todo empezó según el guión marcado desde días atrás en los respectivos campos de entrenamiento. España con su 4-4-2, con Valerón más retrasado de lo que suele, y Eslovenia con su 3-5-2 con Zahovic escorado hacia la derecha pero con libertad de movimientos.
Pero desde los primeros compases se comprobó cómo buena parte de las consignas del técnico español se iban al traste. Hubo orden relativo, pero se falló otra vez en exceso en las jugadas a balón parado y se cometieron infinidad de errores en los pases.