Europa Press MADRID
Al grito de «Campeones campeones», cerca de un millar de
aficionados recibieron a la selección española de fútbol a su
llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas procedente de Corea del
Sur, donde han disputado el Mundial.
El vuelo que traía a la delegación nacional de regreso tras su eliminación en los cuartos de final de la competición aterrizó a las 15:15 horas y, con los rostos serios, los jugadores fueron abandonando la terminal entre las muestras de cariño de los aficionados.
Los gritos de ánimo a Camacho, Joaquín y al resto de jugadores, se entremezclaron con las críticas al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, a los coreanos, y al estamento arbitral, a quien se culpa de la eliminación del equipo nacional. Así, cánticos como «Camacho quédate», «Joaquín, tranquilo, España está contigo» o «Casillas, Casillas» se unían a otros como «Manos arriba, esto es un atraco», en alusión a los dos goles que se anularon durante el partido, o «Coreano, el que no bote».
José Antonio Camacho fue el primero en cruzar por el amplio cordón de seguridad desplegado por la policía, que no pudo evitar que los aficionados trataran de tocar y acariciar a sus ídolos, quien, emocionados, saludaban desde sus asientos una vez fueron capaces de llegar al autocar.
Nada más tomar tierra en Barajas, la expedición española se trasladó al Palacio de La Zarzuela para asistir a una recepción ofrecida por el Rey. «Es una gran satisfacción que la Familia Real haya recibido a este grupo entrañable y espero que en el futuro podamos deparar nuevas alegrías», aseguró el secretario de Estado para el Deporte.