Jorge Muñoa (Efe) - INDIANÀPOLIS
La hora del debut en el Mundial ha llegado para España en medio de
un ambiente de expectación, de ansiedad por echar a andar en el
campeonato y, sobre todo, de no convertir el encuentro ante Canadá
en una prueba a todo o nada. El sistema de competición del torneo
"que da validez a los resultados obtenidos en la primera fase para
la segunda", y la composición del grupo en el que sale España,
junto a Canadá, Angola y Yugoslavia, actual campeona del mundo,
imprimen un sello de trascendencia al partido que toda la selección
nacional quiere relativizar al máximo.
El seleccionador, Javier Imbroda, los jugadores y el resto de la delegación española dan mayor importancia al compromiso por los efectos psicológicos que supone empezar el campeonato con una victoria que a las consecuencias futuras del resultado, siempre sujetas al desarrollo mismo de la competición. No obstante, el choque frente a la formación de Jay Triano ha sido analizado, estudiado y desmenuzado desde hace semanas por el cuerpo técnico. España conoce el baloncesto de los canadienses al dedillo. Sabe perfectamente quienes son sus hombres clave, Michael Meeks y el alero Rowan Barret, y han trabajado todos los aspectos defensivos y ofensivos del encuentro hasta el más mínimo detalle.
El equipo nacional ha hecho especial hincapié en la necesidad de cubrir los tiros exteriores con ayudas de los hombres altos, una lección que aprendió hace dos años en los Juegos Olímpicos de Sydney con una dolorosa derrota (91-73) y que, en cualquier caso, entraña ciertos riesgos en el rebote. La mejor noticia para España es la ausencia del base de los Mavericks de Dallas Steve Nash, a quien el dueño de la franquicia estadounidense no ha permitido disputar el Mundial con su selección. La ausencia de Nash resta gran parte de su potencial al cuadro norteamericano, pero no la suficiente como para ningunearle.
Sea como sea, este es el encuentro que mejor ha podido preparar España, ya que una vez inmersa en la dinámica de la competición, no dispondrá de tanto tiempo para diseccionar el juego de sus rivales, a los que también ha dedicado muchas horas de vídeo, de estudio y de analísis Angel Sánchez Cañete, responsable de esta función en el equipo de colaboradores de Javier Imbroda. «Canadá es un buen equipo, pero es muchísimo mejor con Nash, un jugador de gran calidad. A pesar de esa baja seguimos frente a una selección de enorme potencial físico, que interpreta un baloncesto de alta velocidad, muy intenso en defensa y con mucha eficacia en el tiro exterior», explicó a EFE Cañete.
El ojeador del equipo español recalcó la juventud de los hombres dirigidos por Jay Triano, «enrolados en equipos de diferentes ligas, ya que no cuentan con una liga profesional en su país, lo que les confiere bastante experiencia». Canadá es una selección comparable dentro del espacio europeo a la rusa, si no mejor, pero ni siquiera eso forzará la paulatina incorporación a la dinámica del equipo de Pau Gasol, cuyo estado físico todavía debe mejorar debido a la rotura fibrilar en el muslo izquierdo, ya superada, que le ha impedido ejercitarse al mismo ritmo que los demás jugadores durante la concentración previa al Mundial. Gasol jugará, aunque no formará parte del cinco inicial que Javier Imbroda pondrá en pista frente a los canadienses.