Mario Avellaneda, marchador ibicenco del Pitiús quien competía ayer en la Copa del Mundo de Turín (Italia) de 50 kilómetros marcha, quedó descalificado en una jornada negra para los intereses españoles ya que, al igual que México, la selección nacional de marcha se quedó sin aspirantes a estar entre los diez primeros.
El objetivo de Avellaneda era estar entre los ocho primeros clasificados, pero la tensión pudo más que la fortaleza mental y, según reconoció, fue víctima de los nervios. El atleta del Club de Atletisme Pitiús (CAP) se mostro «bastante decepcionado» ya que tenía muchas expectativas puestas en la prueba italiana « he llegado en plena forma y por eso el palo es doble, pero habrá que animarse», apuntó afectado.
Para Avellaneda, sin embargo, el futuro se complica ya que ahora tendrá de realizar otra pretemporada para estar en el punto álgido de rendimiento en cuatro meses, coincidiendo con el Campenato de España de Marcha. «Habrá que recuperarse física y anímicamente, que es lo difícil», apuntó. Avellaneda quería meter presión para entrar en la lista del Campeonato del Mundo de 2003, ya que el atleta es quinto en el ranking nacional por detrás de Mikel Odriozola y Santi Pérez. «Ahora me toca hacerlo muy bien en el campeonato de España ya que después de esto me quedo en un sitio muy malo», explicó en cuento a posibilidades.
El marchador ibicenco ahora tendrá que partir de cero de nuevo y volver a comenzar el trabajo, algo que tiene aprendido porque, a su juicio, el atletismo «es una cosa que se planea año por año; cada temporada es diferente». Avellaneda, finalmente, confesó estar «cabreado» consigo mismo.
La marcha rusa arrasó en los 50 kilómetros de la Copa del Mundo de Turín al llevarse el oro con Aleksey Voyevodin, la plata con German Skurygin, dejando escapar sólo el bronce, que terminó en el cuello del polaco Tomasz Lipiec.