Carlos G. Casuso-Agencias
El parón histórico del fútbol balear en todas las categorías sigue
generando reacciones en todos los estamentos y, en concreto, en las
Pitiüses. Algunos de los jugadores más representativos de los tres
clubes ibicencos de la Tercera división balear vivieron un fin de
semana atípico sin jugar la jornada liguera. El delantero de la SD
Eivissa, Anselmo Sanabria, el ariete de la Peña Deportiva, Mikel
Loinaz, y el defensa del San Rafael, Sergio Tortosa, coinciden en
que la paralización de la liga lo único que hace es perjudicar al
fútbol y coinciden que habrá un problema grave para encontrar
fechas para poder jugar la jornada aplazada.
En este sentido, Anselmo destaca que «lo más triste de la huelga es que los más afectados son los niños que no entienden que se paralice una competición por un asunto burocrático. Hay que tener en cuenta que más de 15.000 niños se han quedado sin poder jugar al fútbol sin entender el motivo de la huelga. Además, a los clubes les causado perjuicios económicos». El delantero sevillano también considera que «ahora tenemos un problema de fechas para jugar el partido aplazado. La liga acaba el 18 de mayo. La única posibilidad es que se juegue entre semana y ésto creará problemas a los equipos porque muchos de ellos no podrán jugar por el trabajo».
Por su parte, el punta de la Peña Deportiva, Loinaz, indicó que «este parón lo único que hace es perjudicar a los clubes. El calendario quedará más apretado y nos van a obligar a jugar entre semana. ésto perjudicará, sobre todo, a los equipos que estén implicados en la lucha por el descenso o los que se juegan una plaza en el 'play off' de ascenso ya que muchos jugadores no podrán jugar por motivos laborales».
Mientras tanto, el defensa del San Rafael, Sergio Tortosa, señaló que «me parece patético que se haya tenido que llegar hasta este extremo. Lo que está claro es que a los clubes les va a suponer daños económicos». Además, el jugador rafeler señaló que «ahora tenemos el problema de que el calendario está muy apretado y no hay apenas hueco para jugar esta jornada aplazada en otras fechas. La única opción es jugar entre semana, pero la mayoría de los jugadores trabajamos y no sabemos si podremos jugar».
La huelga convocada por la Federación Balear de Fútbol en apoyo a su presidente, Antonio Borrás del Barrio, inhabilitado durante cinco años por el Comité Balear de Disciplina Deportiva por «usurpación de poderes», dejó ayer a miles de baleares sin poder practicar su deporte favorito. Entre 15.000 y 20.000 jóvenes han tenido que colgar las botas de manera forzosa en un fin de semana de campos vacíos, balones de fútbol en el armario y la sensación de impotencia de los equipos de las Islas que observan, atónitos y sin comprender del todo, un contencioso que amenaza con perpetuarse en los juzgados de lo contencioso administrativo. Sólo se libran del paro forzoso los partidos de categoría nacional, es decir, el Real Mallorca-Deportivo de La Coruña y el encuentro de juveniles de los «rojillos» ante el Espanyol. Los clubes de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera se enteraron el pasado viernes de que se suspendían todos los partidos al recibir una circular firmada por el secretario, Manuel Bosch.