Carlos Torres|BURDEOS
Servais Knaven (Quick Step) se adjudicó la victoria en la
decimoséptima etapa del Tour de Francia, disputada entre Dax y
Burdeos sobre un recorrido de 181 kilómetros, sumando así el primer
triunfo holandés en esta edición.
Knaven se sacó la espina así, a sus 32 años, en una carrera como el Tour de Francia, donde había sido segundo, tercero e incluso cuarto en numerosas ocasiones, quedándose a las puertas de las mieles del triunfo que ayer si pudo saborear. El veterano holandés, que engalanó así un brillante palmarés donde ya figuraba una victoria en la París-Roubaix en 2001, fue el más listo del grupo de 10 fugados que se jugó el triunfo de etapa, rompiendo así con la tradición de las llegadas al sprint en Burdeos. No hubo mucha guerra en esta ocasión hasta conseguir formar la fuga buena. Con ganas de recuperarse de la dureza pasada en los últimos días en los Pirineos y con las fuerzas ya muy justas, el US Postal, la escuadra del líder, dio luz verde a la primera intentona donde no marchaba nadie con peligro para el estadounidense Lance Armstrong.
Así, casi en el primer kilómetro, se formó un grupo de diez corredores, donde marchaban el español Txente García Acosta (ibanesto.com), el suizo Luttenberger, el colombiano Iván Parra (Kelme), los holandeses Leon van Bon, Bram De Groot, Knaven, los italianos Paolo Bossoni y Salvatore Commesso y el austriaco Peter Luttenberger que comenzó a poner tierra de por medio con una gran rapidez. El entendimiento entre los diez de cabeza era perfecto, mientras que en el pelotón tiraba, más bien de manera testimonial, el US Postal. Cuando los grupos con sprinters todavía en sus filas decidieron entrar a colaborar con el US Postal ya fue demasiado tarde y estaba claro que el ganador de la etapa iba a salir de uno de los diez escapados. El trabajo del Credit Agricole, Jean Delatour o Gerolsteiner tan sólo sirvió para acercar un poco a los fugados. El primero en descolgarse de la pelea por la etapa fue el colombiano Iván Parra (Kelme), que no aguantaba el ritmo a poco más de 15 kilómetros de meta. Poco después, y ante las dudas, era Knaven el que lanzaba un ataque que sorprendía al resto de sus compañeros. El movimiento de Knaven fue definitivo ya que logró hacer un hueco de casi 40 segundos que, ante las dudas del resto de los fugados, le sirvió para presentarse en la meta con 17 segundos de ventaja, y casi ocho minutos sobre el pelotón, y festejar el primer triunfo holandés en este Tour del Centenario.