F.Fernández
El gran momento de Jorge Lorenzo ha llegado. Con 16 años y 139
días, el piloto mallorquín ha pulverizado un nuevo registro y ha
dado la razón a aquellos que creyeron ciegamente en su progresión
dentro de las categorías de formación. La victoria sobre el trazado
del Circuito Nelson Piquet ha supuesto un alivio para Derbi y ha
acabado por catapultar a un joven motociclista por el que se van a
pelear las marcas con más solera en el Campeonato del Mundo.
A la conclusión del Gran Premio de Portugal avisó: «Desde hoy, vamos a ver a un nuevo Jorge Lorenzo». Y ha cumplido con creces. La cilindrada de 125 centímetros cúbicos, la academia de los futuros campeones, le ha convertido en el español más joven en subir al peldaño más alto del cajón en un Mundial. Con 16 años y 139 días, Lorenzo ha entrado de forma definitiva en los anales del deporte balear y reclama a gritos un hueco en la pole.
Pero también se ha posicionado como el segundo más joven de todos los tiempos en incluir su nombre en la nómina de vencedores. Sólo el italiano Marco Melandri, con 15 años y 324 días, fijó en su día una fita casi insalvable.
Pero si por algo será recordado Lorenzo, que finaliza contrato con Derbi, es por devolver a la marca la esencia que la convirtió en mítica. El mallorquín, después de una carrera que pasará a la memoria colectiva, se une a la amplia lista de pilotos españoles que han hecho grande a Derbi. Nombres como los de Àngel Nieto, Àlex Crivillé, Manuel «Champi» Herreros o Jorge Martínez «Aspar» -el último español que hizo ganadora a Derbi en el lejano 1989- cuentan con un joven continuador de una saga que tiene hoy en día a Dani Pedrosa, Pablo Nieto o Héctor Barberà a sus referentes. Ahora, Jorge ya puede presumir también de haber sido el mejor.
A falta de cuatro pruebas para el cierre del curso -Japón, Australia, Malasia y Valencia-, Lorenzo ha progresado en la general hasta el 14º lugar, con 50 puntos que dejan el listón muy alto y abren la veda por los servicios de la nueva joya del motociclismo español.
La 82ª victoria de Derbi en el Mundial tiene acento mallorquín y sienta un serio precedente en nuestro deporte. El listón está muy alto y todo apunta a la evidente progresión que está teniendo Jorge. Aquí hay que hacer justicia y pensar en las muchas horas y los innumerables kilómetros que Jorge Lorenzo y su padre, Chicho, han recorrido hasta que el joven pupilo de Dani Amatriain ha visto cumplido su gran sueño. Esa labor la ha plasmado Chicho en la obra «Iniciación al motociclismo deportivo», un buen manual para conocer cómo se engendra a un campeón, un futuro campeón del mundo. Y sino, valga lo que está haciendo con una motocicleta que cuenta con un importante historial a sus espaldas, pero que compite en relativa inferioridad respecto a las grandes marcas. Es el premio a la constancia de mucha gente, de un equipo que, en la sombra, ha permitido que en el Circuito Nelson Piquet haya explotado un fenómeno, el que está llamado a engrosar la lista de mallorquines campeones del mundo.