Carlos de Torres|ABANTOS
El español Roberto Heras reapareció en Abantos en su mejor faceta
de escalador para ganar en plan maestro la cronoescalada, enjugar
el 1.55 respecto a Nozal y proclamarse virtual ganador de la
Vuelta, laureles que ya recogió tras su victoria absoluta en
2000.
El corredor del US Postal fue capaz de escalar en Abantos igual que en la clasificación general, ya que en dos jornadas de montaña disputadas en la sierra madrileña limó los 3.09 con los que contaba de ventaja Nozal después de la etapa del jueves en Las Rozas. El día de Navacerrada el bejarano mordió 1.14 y en Abantos 2.23, una remontada por la que pocos apostaban a priori.
«Es increíble lo que ha sucedido», dijo Heras nada más enfundarse el maillot oro. Pero a medida que iba progresando en la subida de 11'2 kms. al alto cercano a El Escorial lo iba haciendo posible, incluso probable. Era la contrarreloj de su vida, en su terreno preferido y con unas referencias procedentes del coche de su director que eran todo una delicia.
Heras salió lanzado, al esprint, conocedor de que no cabían medias tintas. Era todo o nada. Los segundos le iban cayendo a Nozal como montañas y ofrecía síntomas que anunciaban su hundimiento y el de su equipo, ya que Igor González dejó su puesto en el podio a Valverde.
El virtual campeón ya la había quitado al entonces líder 22 segundos en el km. 2, 51 en el 6, y a partir de ahí, con el descarnado asfalto de la carretera mirando al cielo, sucedió lo irremediable para el hombre que encabezaba la general desde la cuarta etapa con final en Burgos. Era una lluvia de segundos, casi minutos lo que resbalaba por la espalda de Nozal, quien probó la misma medicina que Heras, cuando éste perdió la Vuelta el última día ante Aitor González.
Demasiado castigo para el ONCE, que perdió en dos días el título, el tercer puesto y el director. Manolo Saiz, después de su espectáculo en Navacerrada vio la hecatombe a través de la televisión.
La lotería volvía a acordarse del US Postal a la hora de repartir el premio gordo. Si fuera poco el quinto Tour consecutivo de Armstrong, Heras remataba la temporada con la Vuelta a pesar que llevaba muchos menos boletos que Nozal. Salió de la contrarreloj de Albacete con un retraso de más de cinco minutos, pero la fe mueve montañas y en ese terreno el salmantino se mueve como nadie.