Todos los equipos de Primera División que disputaron ayer sus partidos de treintaidosavos de final de la Copa del Rey acabaron imponiendo sus galones y saldaron con éxito sus compromisos. El Atlético de Madrid evitó el drama en Cuenca, donde prolongó su ilusión en la Copa del Rey con una gris victoria por 3-2 sobre el voluntarioso Conquense, un Segunda B que creyó en la sorpresa hasta el último momento. Tomó aire el técnico rojiblanco, Gregorio Manzano, que contará con más de una semana de tranquilidad para reconducir la situación, pero el juego del Atlético distó de mejorar, pese a que tuvo la eliminatoria de cara desde el primer momento, cuando el brasileño Rodrigo Fabbri aprovechó un error de la nerviosa defensa local.
Reconvertido en goleador, Rodrigo acudió en auxilio de un equipo propenso a complicarse la vida. Le puso en ventaja a los 80 segundos de juego y, poco más de media hora después, le rescató con una bella volea, cuando corría el riesgo de naufragar ante un equipo eufórico por haber logrado el empate. Al Atlético no le bastó, siquiera, con llegar al descanso con una cómoda ventaja (1-3), después de que Musampa aprovechase un nuevo error de la zaga conquense.
Con todo a favor. El equipo de Manzano dejó que creciese el rival, que recortase la desventaja gracias a un penalti cometido por Ortiz sobre Lalo, que ejecutó Castillejo (m.53), y ni la salida al campo de José María Movilla, para jugar el último cuarto de hora, le evitó sufrir hasta el instante final. El Real Betis Balompié rompió anoche la racha del Badajoz en la presente temporada, donde no había perdido ni un solo encuentro, y lo hizo con facilidad y sin darle opciones, por lo que se mantuvo con vida en la Copa del Rey.