Los tres puntos estaban por encima del buen juego y de cualquier consideración estética. La Peña, más práctica que nunca, consiguió una importante victoria por la mínima ante el Montuïri, un triunfo que deben servir para devolver la confianza al equipo. Después de tres tropiezos consecutivos y con la obligación de ganar como fuese, lo único positivo ayer fue el resultado, en un choque que no fue nada vistoso y en el que la Peña jugó uno de sus peores encuentros en casa.
El partido no fue nada fácil para los locales. Los últimos resultados han dejado algo tocado al equipo, que ahora mismo no está para demasiadas florituras. Sólo Raúl, una de las novedades en el once, demostró poder aportar una cierta dosis de desequilibrio en el juego de la Peña, pero ni su desparpajo ni sus ganas fueron suficientes para dar otro aire al equipo. La crisis de juego local, unida al hecho de que el Montuïri acumulase hombres en defensa, conscientes de que el empate era un excelente botín, hicieron que el encuentro fuese muy trabado y con escasez de ideas en ataque. A pesar de todo, la Peña tuvo sus oportunidades en las botas de Raúl o Edu López, pero los minutos pasaban sin que el conjunto local pareciese entonarse en el partido.
Tuvo que ser Meca el que sacase al equipo del monumental atasco en el que estaba metido. El ariete, oportunista como siempre, aprovechó un balón suelto en el minuto 35 tras una jugada personal de Raúl para establecer el 1-0. Ese gol debió servir para serenar los ánimos del equipo, pero ni con ventaja en el marcador ni con un rival que carecía de pegada se fueron los nervios y la ansiedad.
En el segundo tiempo, las cosas no hicieron sino empeorar para los locales. Y eso que avisaron pronto con una de las ocasiones más claras del partido. Meca, en el minuto 56, elevó el balón sobre la salida del portero, pero su remate se estrelló en el poste izquierdo de la meta del Montuïri. Esa fue la última vez que el equipo de Carlos Simón se acercó con cierto peligro al área rival porque, a partir de entonces, cedió todo el mando a los visitantes que, de ser dominados pasaron a dominantes. El equipo mallorquín se fue hacia arriba e intentó crear peligro en la meta defendida por Jordi, que hacía su debut liguero en casa. Sin embargo, el guardameta de la Peña tuvo una tarde bastante tranquila, y eso porque el Montuïri prácticamente no disparó entre los tres palos en todo el encuentro. Si enfrente hubiera estado un equipo más fuerte o con más remate, el encuentro habría tenido otro marcador.
En definitiva, este resultado permite a la Peña escalar algunos puestos en la tabla, pero demuestra que el equipo, que acabó pidiendo la hora ante las acometidas visitantes, no pasa por un buen momento ni de juego ni de confianza. Mucho deben cambiar las cosas en las próximas jornadas para que el conjunto que dirige Carlos Simón pueda volver a estar entre los primeros clasificados.
Carlos Simón podrá contar a partir del próximo 4 de noviembre con el centrocampista Xicu, que en esa fecha recibirá el alta federativa. El jugador disputó su último partido oficial con la Peña a principios de año y, tras una lesión en la espalda, fue dado de baja para que el club utilizase su ficha para incorporar al centrocampista Íñigo Rodríguez. «Lógicamente le falta coger el ritmo de competición y quizá dispute algunos partidos con el amateur antes de reaparecer con el primer equipo», asegura Carlos Simón.