ALEMANIA | 74 |
ESPAÑA | 73 |
ALEMANIA (16+18+20+20):Greene (3), Pesic (8), Roller (9), Nowitzki (27), Femerling (7) -cinco inicial-, Maras (0), Wucherer (6), Demirel (5), Schultze (3), Arigbabu (2), Garrett (4) y Nikatbagse (0).
ESPAÑA (23+12+22+16):Calderon (10), Navarro (27), Jiménez (7), Reyes (5), Garbajosa (4) -cinco inicial-, Fernández (0), De Miguel (1), Vázquez (15) y Cabezas (4).
Arbitros:Sudek (SVK), Cerebuch (ITA) y Lefwerth (SWE). Excluyeron por personales a Wucherer (m.39).
Jorge Muñoa|BELGRADO
Dirk Nowitzki apartó a España de la final del Europeo 2005 en una segunda parte demoledora que catapultó a Alemania, doce años después de ganar el oro en pista propia, a la lucha por el oro, donde Grecia espera al equipo de Dirk Bauermann tres horas después (21 horas) de que la selección española juegue por retener el bronce ante Francia.
Los nervios de los cuartos acabaron el viernes. España recuperó el sosiego para buscar la final por segundo campeonato consecutivo, o sea, para buscar un hito en la historia de la canasta nacional. Hito que, además, traía aparejado otro logro, ya que el bloque español es la única selección que, junto la extinta Yugoslavia y la antigua Unión Soviética, puede colgarse cuatro medallas europeas seguidas. Esa posibilidad sigue abierta. La de jugar la final la frustró el gran Nowitzki.
La escuadra española liberó todas las tensiones veinticuatro horas antes frente a Croacia y salió al campo con otro talante, fiel a las características que definen el estilo del equipo nacional. Mucho rebote y la velocidad adecuada pusieron a España al frente de partido sin grandes problemas casi con la anuencia de los alemanes, fieles a la fama de personas frías que les adjudican pese a la brecha que empezaba apreciarse en el tanteador (11-16 minuto 8).
El ambiente, es cierto, desprendía pocas calorías. Tranquilidad en la grada y rutina funcionarial dentro de la cancha, como si todo el mundo diera por hecho que eso era lo que debía pasar y no cabía discutirlo. Felipe Reyes y Carlos Jiménez ayudaban a crear ese espejismo por su incansable derroche en el rebote. Jorge Garbajosa también gracias a la defensa sobre el ala-pívot de los Dallas Mavericks Dirk Nowitzki.
El grupo dirigido por Mario Pesquera cerró el primer cuarto por delante (16-23) y en el nacimiento del segundo estableció una máxima diferencia de nueve puntos (21-30) sin salirse del guión fijado. Sin embargo, al arrancar la rotación y conceder descanso a Reyes, Garbajosa y Navarro, Alemania despertó del letargo.
Navarro había mandado hasta entonces. Pero fue marcharse al banco y a Nowitzki le faltó tiempo para reclamar la atención de los focos. España frenó en secó. Encajó un parcial de 9-1 (30-31 m.18) y el careo con los germanos subió de temperatura. El marcador comenzó a arrojar ventajas alternas y Navarro tuvo que volver a la madera. El escolta metió los últimos puntos de la primera parte desde la línea de personal y firmó tablas con el cañonero alemán: once puntos para cada uno y 34-35. El armisticio entre Navarro y Nowitzki duró lo que dura el intermedio, un cuarto de hora. El escolta azulgrana volvió a abrir fuego en la continuación en cuanto pudo soltar la mano y la selección hispana abrió hueco de nuevo (39-48 m.26). El jugador de los Mavericks replicó a renglón seguido.
Nowitzki cortó el repunte español a partir de un triple, la mejor distancia germana en la noche serbia. La cesta del ala-pívot encandiló a Mihat Demirel, que derrochó generosidad en las asistencias. El base de origen turco alimentó al perímetro y Nowitzki se unió a los compañeros exteriores.
Una antideportiva de Carlos Jiménez sobre la estrella alemana encogió el parcial al límite (49-50) y, a raíz de ese empate técnico, España empezó a girar en torno a Calderón, Navarro y Fran Vázquez -por segunda noche consecutiva fundamental- en el bando rojo; en el blanco, alrededor de Nowitzki, Demirel y, por turnos, alguno más de los jugadores de perímetro teutones.
Un par de triples más del equipo alemán cambiaron el control del choque de dueño y forzaron el tiempo muerto de Mario Pesquera (62-59 m.33). El bastión de los Mavericks era un dolor de muelas para la selección española. Los registros estadísticos echaban humo en el casillero del jugador de los 'Mavs', cuya cuenta crecía geométricamente -veinticinco puntos a 4:34 del final-.
Nowitzki es uno de los mejores jugadores del mundo. Lo demuestra a ambos lados del Atlántico. Con él, la selección alemana vuela. En Belgrado voló a once puntos de distancia en un momento clave (70-59 m.36). España recuperó el pulso y llegó a tiempo de discutir la victoria. Para tirar, Navarro.
Veinticinco puntos sumaba el español y otros tantos el alemán un minuto y once segundos antes del final y 72-71 en el marcador. El vigésimo séptimo de Navarro hacía finalista a España (72-73 y 15 segundos). El vigésimo séptimo del teutón a los suyos (72-74 y 3 segundos). Ese fue el decisivo. Calderón buscó la canasta desde fuera y el balón solo encontró el hierro. España juega ahora ante Francia por el bronce (18.00). Alemania contra Grecia por el oro (21.00).