Los fichajes realizados por la SD Eivissa y la Peña Deportiva para la segunda vuelta del campeonato rindieron a un gran nivel en la jornada disputada el pasado domingo. Aún es demasiado pronto para extraer conclusiones claras, pero la primera impresión es que tanto los técnicos bermellones como los de Santa Eulària no se han equivocado a la hora de elegir refuerzos. O al menos que con ellos han conseguido aumentar el nivel de sus plantillas. Ambos equipos sacaron sus respectivos encuentros ante Sporting Mahonés y Margaritense de forma solvente y con idéntico resultado: tres goles a favor por cero en contra. Y en él influyeron notablemente las adquisiciones realizadas en el mercado de invierno, ya que tanto Sebastián Alonso como Rodrigo firmaron dos tantos.
Aunque el delantero cántabro ya había jugado varios partidos bajo las órdenes de Paco Marín, en su visita a Mallorca se destapó como el goleador que el conjunto de la localidad des Riu necesita para solucionar sus problemas de definición. El técnico andaluz ya había manifestado su confianza en la labor que el jugador procedente del Mar Menor estaba realizando, pero seguro que después del último partido ésta ha aumentado, porque en apenas tres semanas el santanderino ha hecho más que Fernando Silva, jugador al que se le concedió la baja en diciembre. Los más optimistas confían en que el acierto de cara al gol crezca aún más con la competencia de Ibrahim Ruiz, el punta recién llegado del Barakaldo que todavía no ha tenido la oportunidad de debutar.
Una efectividad ante la portería rival que fulminó al Sporting Mahonés en Can Misses. Se había hablado mucho de la calidad de Sebastián Alonso durante su periodo de prueba en el Eivissa, y aunque le costó entrar en juego, el domingo dejó claro que técnica le sobra. El sutil disparo de rosca con el que batió a Josete desde 25 metros tras colocarse el balón en la izquierda fue de una ejecución impecable. Y de rápido análisis del juego: «Me llegó el balón y como vi a Javi en el piso no me quedaba otra que girarme y tirar a puerta», declaró más tarde. Ejemplo evidente de que no lo hizo por casualidad.