C. Vidal
Este lunes, la directiva del Eivissa decidió apartar del equipo y suspender de empleo y sueldo a Paco Muñoz, que se negó a jugar el domingo en el partido ante el Santanyí. Ayer fue el turno de las explicaciones tanto del portero como del técnico Carlos Simón, que se despacharon a gusto en los micrófonos de la Cadena SER. Paco Muñoz aseguró que «no jugué en Santanyí por una cuestión de dignidad personal. No es de recibo que el entrenador se burle de mí y me insulte y por eso decidí no saltar al campo. Sé que lo que he hecho es grave y quiero pedir perdón tanto a la afición como a la directiva del Eivissa, pero no podía más y estallé de esa forma».
Los hechos ocurrieron en el vestuario del equipo bermellón minutos antes del encuentro ante el Santanyí. Carlos Simón facilitó el once, en el que Paco Muñoz figuraba con el número 1 y, a partir de entonces, se armó el lío. «Cuando leí su nombre, él me preguntó si me estaba riendo de él y yo, medio en broma, le dije que me reía hasta de mi sombra. Pero que no hable de insultos porque nadie le ha insultado. Simplemente se negó a jugar porque estaba caliente conmigo», afirma, por su parte, Carlos Simón.
Los problemas entre ambos ya venían de lejos, desde que Simón decidió sentar en el banquillo a Paco Muñoz y dar la titularidad a Torres en el derbi ante la Peña. «Antes del partido quise hablar con él para explicarle los motivos de esa decisión, pero me salió con varios exabruptos. Desde entonces, parece que me la estaba guardando. Ahora me cabreo con el entrenador y no juego. Es para cachondearse», añadió el técnico, que asegura que «no quiero aparecer como el malo de la película en este tema, porque ya estoy un poco cansado de ese papel».