Lorenzo Martínez|DUISBURGO
Las selecciones de Italia y de la República Checa, que presentarán notables novedades, vivirán en Hamburgo un choque que puede ser dramático para una de ellas, que podría quedar fuera del Mundial, pero curiosamente puede traer el acceso de ambas a los octavos de final. Las dos precedentes jornadas del Grupo E, además de evidenciar que es uno de los más equilibrados, han dejado todo para su última sesión: no hay matemáticamente ningún clasificado. Bien es verdad que se parte con Italia en la primera plaza (4 puntos) y con República Checa y Ghana igualadas (3). El último, con menos opciones y más precisado de ayudas, es Estados Unidos (1 punto). Puede suceder de todo. A Italia le basta un empate para pasar ronda. Pero tiene tras de sí el peligro de que un triunfo de Ghana le dejaría segundo y con el temido cruce de octavos contra Brasil. Algo que en el seno italiano no se desea en absoluto. De ahí que en los últimos días los jugadores «azzurri» no hayan dudado en repetir una y otra vez que irán a por el triunfo, sin especular con un empate que les clasifique. Y mucho menos esperar a que, pese a una derrota, el resultado del otro partido le saque adelante.
El problema es saber qué Italia saltará al terreno de juego: la que gustó ante Ghana o la que decepcionó ante los Estados Unidos. Italia sabe vivir en la línea del fuego, saca de sí lo mejor en el «todo o nada»; y este es hoy el caso. Se sabe ya que será un equipo distinto en cuanto a nombres, que Zambrotta es casi seguro pasará al lateral derecho con Fabio Grosso en la izquierda, y que el italo-argentino Mauro Germán Camoranesi, en disputa del puesto con Perrotta, y el «bisonte» Gattuso entrarán.
La entrada de Camoranesi y Gattuso, habida cuenta de la suspensión de De Rossi, dan a Italia más presencia física en el centro y mayor equilibrio si el seleccionador Marcello Lippi sigue insistiendo con Totti por detrás de una pareja atacante. Totti, la gran esperanza italiana, sigue sin estar fino y su equipo lo nota. De ahí que, incluso, haya quien especule con una posible suplencia ante los checos para mantener a Perrotta y poner en liza un esquema 4-4-2. No parece la apuesta de un Lippi, pese a que su rival reforzará la medular. Otra de las dudas es el ataque. Luca Toni, máximo realizador esta campaña de los campeonatos nacionales europeos, no está fino, aún no se ha estrenado con gol en el mundial. Y Lippi podría pensar en alinear a un delantero de más brega como Iaquinta. La opción Filippo Inzaghi se antoja difícil. El once de la República Checa también presenta varias dudas. Producto de lesiones (Koeller, Baros) y sanciones (Ujfalusi, Lokvenc). El seleccionador checo Karel Bruckner lo tiene complicado en ataque.