Un gen que exponencia su competitividad anida en los futbolistas italianos; tipos que juegan bien al fútbol pero que además casi siempre ganan. No puede ser casual que la «squadra azurra» fulminara en Dortumund el sueño alemán y alcanzara su sexta final del Mundial. El triunfo italiano fue casi incontestable. El equipo de Lippi superó de punta a punta a su adversario en la prórroga, tiempo en el que se decidió un partido intenso pero también predestinado a manejarse en distancias cortas. Los goles de Fabio Grosso y Alessandro del Piero confirmaron que Italia es mejor equipo que Alemania, una selección que continúa sin poder ganar a la azurra. Italia espera. ¿Portugal o Francia?
En el epílogo de su carrera, Zidane ha decidido seguir agrandando su leyenda. Tras su anuncio de retirada, pocos esperaban ya grandes cosas de Zizou. Incluso se puso en tela de juicio su liderazgo en la sala de máquinas de la selección gala. Fue un error. Francia ha crecido en el Mundial casi al mismo tiempo que Zinedine Zidane ha resurgido.
Aferrados a su gurú, los bleus se sienten capaz de todo. Espoleados por las críticas, no cabe duda que Francia ha recuperado su orgullo. Sus triunfos sobre España y especialmente sobre la pentacampeona Brasil, han realimentado su crédito. El grupo de Raymond Domenech se siente capaz de todo, aunque esta noche topará con un adversario que también vive su idílio y éxtasis particular. Carece Portugal de un líder como Zidane, pero si de un conjunto fuerte, compacto y con talento. Scolari ha forjado un gran equipo. Invicta durante 17 partidos, desde que Grecia le amargó la Eurocopa'04, la selección lusa no ha parado de reivindicarse. Su presencia en semifinales no es casual. Se cruzan dos equipos con rigor táctico y amantes del orden, pero también con vocación ofensiva. Las tarjetas son una seria amenaza para los dos equipos. Una nueva amonestación dejaría fuera de la final a Ribery, Vieira, Zidane, Saha, Sagnol, Thuram, Ricardo Pereira, Maniche, Nuno Valente, Ricardo Carvalho o Luis Figo.