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Ciclismo

Golpe de mano de Honchar

El ucraniano gana la etapa y se coloca líder, condenando a los favoritos al anonimato

Carlos de Torres|RENNES
El ucraniano Sergey Honchar, del T-Mobile, un veterano de 36 años que fue campeón del mundo contrarreloj en 2000, revivió sus mejores momentos y dio un doble golpe en el Tour al adjudicarse la etapa cronometrada disputada entre Saint Gregoire y Rennes, de 53 kilómetros y ponerse el maillot amarillo, mientras que muchos de los favoritos se hundieron en el anonimato.

En el primer examen importante del Tour, resurgió el «viejo» Honchar, afincado en Italia, para ofrecer lo mejor de su repertorio, dos años después de su última victoria cronometrada, en el Giro, y después de un año en blanco.

Honchar, profesional desde 1996, sorprendió a todo el mundo y se impuso con un tiempo de 1h.01.43, 1.01 minutos mejor que el estadounidense Floyd Landis (Phonak), el único de los favoritos que salvó el tipo. La tercera plaza fue para el campeón alemán de la especialidad, Sebastian Lang, del Gerolsteiner, a 1.04.

Si la primera semana cumplió los pronósticos con los esprinters, la contrarreloj de Rennes ofreció unos resultados sorprendentes. Por ejemplo, el triple campeón mundial, el australiano Michael Rogers (T-Mobile), en un circuito que le venía a la medida, solo puso ser cuarto a 1.24, perdido y sin disputar el triunfo en ningún momento de la lucha individual contra el crono.

En el Discovery el descalabro fue total: el italiano Savoldelli (19º) se dejó en el camino 2.12, el americano George Hincapie (24º) 2.42 y el líder ucraniano Yaroslav Popovych (32º) 3.17, diferencias que les retira la condición de favoritos hasta que no demuestren lo contrario.

Tampoco le fue bien a David Zabriskie (CSC), que encabezaba muchas apuestas. La decimotercera plaza a 1.57 fue anormal para un corredor de su capacidad; y el misterio sin resolver fue el de Levy Leipheimer, del Gerolsteiner, que perdió más de 6 minutos. El ganador de la Dauphiné Liberé no ganará el Tour. De los cuatro primeros en la crono de la citada carrera, solo Landis se salvó de la quema.

En cuanto a los españoles, Carlos Sastre (CSC) se convirtió en la referencia española para el futuro de este Tour, y también en la alegría del equipo danés, que perdió por una caída a Julich. Entró decimoctavo a 2.11 del ganador, mientras que Pereiro (Illes Balears) perdió 2.41, Rubiera (Discovery) 3.06 y Egoi Martínez 3.13. Iván Mayo (Euskaltel) cedió 5.37, por lo tanto, se puede olvidar del podio que coronará a los mejores en París.

Por contra, el T-Mobile y los alemanes asaltaron el «top ten» de la etapa con seis hombres, con Sinkewitz quinto, el campeón mundial Marcus Fhoten (Gerolsteiner) séptimo y Kloeden octavo.

En la general, Sergei Honchar manda con una ventaja de 1 minuto respecto a Landis y de 1.08 sobre Michael Rogers, segundo y tercero, respectivamente. El primer español es Sastre, decimosexto a 2.27 y Pereiro es el siguiente dos puestos después a 2.57, ambos en espera de días más felices en la montaña.

El primer test importante del Tour cambió el mapa de favoritos y situó a Landis, el ex protegido de Armstrong, como candidato número uno. Ni Leipheimer, ni Hincapie, ni Popovych demostraron potencial en la solitaria lucha contra el reloj. Las miradas se centrarán ahora en el líder del Phonak, y en la labor del T-Mobile, que sin Jan Ullrich, vive con solvencia. Ahí tiene al líder, y a Andreas Kloeden, que ya conoce el podio del Tour, fue segundo en 2004.

Futuro
El Tour cerró la primera semana sin nada decidido y cortas diferencias en la general. La carrera está abierta al pronóstico, y también a las sorpresas, como la de Rennes, donde resurgió de sus cenizas un campeón mundial de impecable acento italiano.

La octava etapa, de 181 kilómetros, unirá las localidades de Saint Méen le Grand y Lorient. Perfil ondulado en las tres cuartas partes del recorrido y final apto para otra llegada masiva, siempre y cuando no cuaje alguna de las aventuras habituales en este Tour de Francia en el que la nómina de aspirantes sigue completamente abierta. Los equipos de los velocistas estarán atentos a la hora de impedir cualquier sorpresa que les prive de una de las pocas oportunidades que restan de aquí al final con la nómina de velocistas al completo.

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