Carlos de Torres|LORIENT
El francés Sylvain Calzati, del Ag2r, estrenó su palmarés profesional al apuntarse en solitario la octava etapa del Tour de Francia, disputada entre Saint Méen le Grand y Lorient, de 181 kms, en la que el ucraniano Sergei Honchar, del T-Mobile, conservó el maillot amarillo. Calzati, un corredor completo y pundonoroso de 27 años, no tuvo mejor forma de inaugurar su casillero de triunfos, que estaba vacío desde que debutó en profesionales en 2003. Sólo contaba con el Tour del Porvenir en 2004. En Lorient entró eufórico, solo, con margen para la celebración, en un tiempo de 4:13:18. Así remató una fuga que inició con otros cinco compañeros en el kilómetro 47.
A 2:05 de Calzati llegaron el finlandés Kjill Carlstrom (Liquigas) y el francés Patrice Halgand (Credit) que no pudieron dar alcance al compañero de José Luis Arrieta y de Paco Mancebo en la escuadra francesa, que recibió una enorme inyección de moral con este éxito del ciclista de Lyon. El pelotón, encabezado por McEwen, Bennati y Zabel entró a 2:15.
La escapada consentida no alteró la clasificación general, que siguió con el ucraniano Sergei Honchar al frente con un minuto de ventaja sobre el estadounidense Floy Landis (Phonak) y 1.08 sobre el australiano Michael Rogers (T-Mobile). El americano Zabriskie (CSC) ganó un puesto gracias a las bonificaciones y se colocó noveno a 1.53, con lo que alivió la mala imagen ofrecida en la contrarreloj de Rennes, cuyo esfuerzo se reflejó en el pelotón.
La etapa que salió de Saint Méen le Grand, pueblo del legendario Louison Bobet, el primero que ganó tres Tours consecutivos, no conoció la tregua desde el banderazo inicial. Unai Etxebarría (Euskaltel) siguió fiel a su línea luchadores y en el km 16 salió disparado en compañía de Chente García Acosta (Illes Balears) y otros 6 corredores. Intento fallido por la reacción el T-Mobile, que no había metido ningún hombre en la fuga.
Zabriskie, uno de los fiascos de la cronometrada de Rennes, trato de agradar con un ataque apenas anulado el intento anterior. El estadounidense se llevó a Kessler, ahora si estuvo atento el equipo del líder, Calzati (AG2R), Aerts (Davitamon), Carlstrom (Liquigas) y Halgand (Crédit Agricole).
Todos integrados y solidarios en el esfuerzo marcaron una ventaja de 7.30 sobre el pelotón en el km 62,5. Coronaron el Muro de Bretaña y la Cota de Saint Mayeux en las mismas marcas, lo que obligó al Phonak de Landis a ponerse las pilas. El T-Mobile, con Kessler delante, no sentía agobio alguno, tampoco el CSC de Zabriskie, que era el mejor clasificado de todos. La Francaise des Jeux echó una mano a los sufridos muchachos del Phonak que llevaron el peso a la hora de reducir diferencias. El francés Calzati (Ag2r), que puntuó en cabeza en todas las cumbres, decidió irse solo a 34 kilómetros de meta, a la conquista de Lorient, la ciudad más oriental de Bretaña, de ahí su nombre. Se intercaló Halgand a un puñado de segundos y Zabriskie, Kessler, Carlstrom y Aerts en la persecución. Este último trío se difuminó en el pelotón a 15 kilómetros de meta. Los corredores del Lampre y de La Française tiraban a bloque en cabeza en busca de Calzati, y de Halgand y Carlstrom, también retadores ante el empuje de un grupo donde Boonen había pinchado. Al fin cuajó una escapada en una carrera de guión tan previsible en las jornadas llanas que estaba cayendo en el aburrimiento. Calzati entró tan feliz, orgulloso de rentabilizar su largo esfuerzo, primero compartido y luego en solitario. Los modestos a veces también lloran, pero de alegría.