El mundo del deporte llora la muerte a los 56 años de Paquito Fernández Ochoa, único campeón olímpico español en unos Juegos de Invierno. La localidad madrileña de Cercedilla, en la sierra del Guadarrama y hogar del malogrado esquiador, prepara su último adiós. La capilla ardiente quedó instalada en su domicilio, el lugar donde falleció a las 7:00 horas. Desde ahí partirá hoy la comitiva fúnebre para acompañarle hasta el cementerio de esa localidad, a partir de las 12:00 horas y tras celebrarse una misa funeral.
La clínica oncológica en la que estaba siendo tratado confirmó el fallecimiento, pese a que el ex esquiador había abandonado el centro unos días atrás.
Fernández Ochoa se proclamó campeón olímpico de eslalon especial en los Juegos de Sapporo 1972 y dos años después obtuvo la medalla de bronce en la misma prueba en los Mundiales de St Moritz. Al domicilio del esquiador comenzaron a llegar desde primera hora de la mañana vecinos y amigos del campeón español, así como algunas coronas, entre ellas una enviada por el Real Madrid. Las condolencias por su muerte llegaron durante toda la jornada desde todos los rincones de la geografía nacional.
El ex presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, que anunció su intención de asistir al sepelio, fue uno de los primeros en recordar al campeón olímpico. «El oro de Paquito en Sapporo fue la primera medalla que yo entregué como miembro del COI, organismo en el que por entonces era jefe de protocolo», comentó Samarach desde Barcelona. «Su muerte no ha sido ninguna sorpresa, porque desgraciadamente hace ya tiempo que estaba muy mal», indicó.
Desde Palma de Mallorca, donde asiste al acto conmemorativo del centenario del Instituto Español de Oceanografía la ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, consideró que supone una «pérdida triste» para el deporte español. Para Cabrera, Paquito era un «referente» y uno de los pioneros del olimpismo español.